lunes, 11 de marzo de 2013

El centro no existe

Las horas de mis días más felices,
gastadas en buscar cicatrizar,
heridas que contentas hoy me dicen,
se secan sumergidas en el mar.

Controles que cargaba en cinturones,
cambiando a cada rato de panal,
pensando que vivir entre algodones
sería suficiente para amar.

Sabes, cuentas,
dejas morir,
miras, sabes,
dejas vivir.

Momentos de mis ojos orbitando,
los vasos que no acabo de vaciar,
amigos de enemigos controlando,
el piso resbaloso de un altar.

Conozco mis defectos en los otros,
acepto mis locuras con alcohol,
picando zigzagueo entre los locos,
la vida es vida cuando hay descontrol.

Sabes, cuentas,
dejas morir,
miras, sabes,
dejas vivir.

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