miércoles, 28 de agosto de 2013

No les importa

Tantos genios escondidos,
y estos dos que se tiran el vino,
cuando pintan sus murales,
hay conmoción.

Las mañanas los saludan,
los amores disipan las dudas,
si se miran con cristales,
hay condensación.

Abrigadas tolerancias,
con llamadas que nutren instancias,
cuando hablan de ideales,
hay revolución.

Se revientan y vierten,
en hojas los huesos,
no importa si pierden
se purgan excesos.
Se recuerdan y encierran,
en tumbas bien lejos,
si ganan al tiempo,
sumaron consejos,
ya lo saben,
ellos dos.

Vuelta y vuelta esta el destino,
va braseandose al fuego divino,
si se ampollan en las manos,
hay condición.

La botella esta temblando,
ya los vasos la están esperando,
si se pican agasajos,
hay corazón.

Habra noche para todos,
habrá rutas de cayos y codos,
si su espalda les aqueja,
tienen razón.

Inconformes informes,
de simples procesos,
les recuerda los pobres,
de guisos sin besos,
se miran y tiran,
las cartas mas viejas,
les importa la vida,
la vida sin rejas,
tanto genio,
en ellos dos.

martes, 27 de agosto de 2013

Una carta de amor en crisis



Querida Patricia,

Vos no conoces nada de mí, yo tampoco conozco nada de vos, pero se me ocurrió escribirte esta carta.

Te quiero contar como te conocí, y luego si querés, vemos si es igual a como lo recordás vos. Pero te voy a escribir como si tuvieras bigote, para que entiendas lo que digo, te pido te pongas el bigote y hagas de amigo, por un rato nomás.

Me encontraba por alguna extraña razón a las siete menos diez de la mañana en el instituto del barrio Buceo, no acostumbraba a levantarme a las cinco y media en la madrugada, pero ese día lo había hecho y había llegado temprano, había marcado mi ingreso en la administración, y me daba vuelta para mirar la calle y salir a fumar mi cigarro de todas las mañanas. Fue entonces cuando vi entrar a una mujer rubia de ojos claros, con una bufanda de colores rodeándole el cuello y parte de la cara, que caminaba directamente hacia donde estaba parado, imaginate, una rubia despampanante se venía caminando elegantemente hacia mí, hasta traía una mochila y un mate bajo el brazo, Una rubia hermosa que toma mate.  ¡Increíble!.

Cuando desperté del shock inicial, la vi pasar por mí costado ya retirándose hacia las escaleras, habiendo firmado la entrada, miré la hoja donde firmó y supe que su apellido comenzaba con ‘’A’’, de todas formas no puede descifrar toda su caligrafía, vi que saludó a algunas personas de la planta baja, a mí me hizo una levantada de cejas alusivo al ‘todo bien’ y subió a la sala de profesores. Me sentía descolocado, no sé si era por la belleza que emanaba, por la seguridad con la que caminaba o por la casi completa indiferencia con la que me trató.

Por supuesto que la seguí, la vi en la sala de docentes, la saludé, me saludó y ahí mismo, en ese preciso instante me ganó. La voz, grave y tenue, suave y precisa, su porte saludable en unos jeans y una elegante camisa, tirándose hacia atrás su melena rubia de leona, mientras buscaba las libretas de sus grupos, me flecharon como un pastel de manzana. Recuerdo que se fue esbozando una sonrisa de ‘no me molestes’, que perfectamente podría haber sido un ‘borrate’, yo supongo que por delicadeza no me lo dijo. No importaba lo que me dijera, yo estaba completamente flechado.

No sé lo que pasa después, si es ese mismo día o al siguiente miércoles, que motivado por volver a verla me vuelvo a levantar temprano y finalmente podemos hablar. Sé que fue un interrogatorio del tipo policial de mi parte y lo respondió sin chistar, Que ¿Cómo te llamas? ¿Qué enseñas acá? ¿Vienes solo los miércoles?.  Más hablaba y yo más me enganchaba. Mis nervios me ganaron y me fui sin decirle ni como me llamaba ni que enseñaba allí. ¡Un desastre lo mío!.


Intentando enmendar el error al siguiente miércoles fui con dos bombones de chocolate, como todas las mañanas de todos los miércoles, esperé que llegara y cuando la vi en la sala de docentes, sola, me acerqué y le pedí disculpas por la nefasta charla que yo le había propuesto la semana anterior.

Apoyé mi mano sobre la mesa y le dije ‘’esto es para pedirte disculpas por la charla nefasta del miércoles pasado’’, levanté mi mano y allí estaban los dos bombones, chocolate y chocolate blanco. Debo decir que no los aceptó de primera, tuve que decirle ‘’no se aceptan devoluciones’’ y allí agradeció el gesto, me dijo que la charla del miércoles pasado no había sido tan mala, y que le encantaba el chocolate.

La sonrisa que ella me regaló, me la acuerdo hasta hoy, me aprendí como se pone su boca en esa sonrisa puntual y cada vez que la volví a ver y me sonrió de esa manera, me volvió a enamorar. Esa, (Esa que pones ahora cuando lees esto), esa sonrisa es la que quiero verle siempre.

‘’Después cuentos conocidos, que, ¿Qué le vamos a hacer?’’. Mi cobardía al rechazo, me llevó a mover mis hilos entre mis contactos y preguntar por cosas sobre ella. La busqué por todas las redes sociales habidas y por haber, y no apareció. Me llegó la noticia, ‘’tiene novio’’, así que no dejé que mis energías se fueran con ella, había que respetar la relación que venía transcurriendo.

Además, el día que le regalé los bombones, más tarde en la mañana volvimos a hablar en la sala de profesores, en un momento determinado se llenó de otros profesores que atentamente, prestaban atención a nuestra charla mientras hacían de cuenta que seguían en sus tareas, decidí dejar todo como estaba y salir de la sala, al salir un profesor me miró a los ojos y con una sonrisa un tanto irónica me dijo ‘’buena suerte’’ delante de ella, y supe que él tenía algo con ella, más tarde confirmé que era su novio.


Pero ahora la volví a ver, un año después y contra todas las apuestas me la vuelvo a encontrar, esta vez soltera. Mi cobardía de nuevo y el tratar de expresarle mis sentimientos adecuadamente, me llevaron a quemar mis pensamientos en un poema, la invité a tomar café en una poesía, una de esas cien que ya escribí, una de esas diez o doce que forman parte de todas las que le escribí hasta hoy, para ella.

El poema parece que le gustó, no sabe del resto. Yo la sigo viendo igual, igual de rubia encantadora, dueña de mis ganas de ir con la excusa de enseñar, a verla. Sé que toma mate, pero el dialogo no es del todo fluido y nos comunicamos poco. El café se hace esperar.

Espero que puedas encontrar un minuto de tu ocupada agenda, que tus obligaciones no se impongan algún día todos los días, que las excusas desaparezcan de la respuesta fácil, y que te arriesgues a conocer a alguien más que te quiere conocer.

Perdón, no te pedí que te sacaras el bigote de amigo.

Yo sé que no puedo darte algo más que un par de promesas, una vuelta al mundo en taxi, un paseo con tu mate por el prado, una carrera de acá a la esquina, una mano para subir la caja, un abrazo de felicitación, un par de días cansado, un par de clavos con cuadros, unos desayunos a la cama, o un lo que vos quieras. 



No soy del todo bueno para expresar lo que me pasa frente a vos, me invaden los nervios, siento que vuelvo a tener 12 años y la maestra me pone a resolver una ecuación de nivel liceal.

Si en una de esas tenemos la posibilidad de sentarnos juntos a conversar sin que nadie nos moleste, va a ser el más lindo de los regalos, si por el contrario, no se da, deseo que tengas la mejor de las vidas y encuentres alguien que te regale las ganas de sacar la mejor versión que puedas llegar a ser.


Fue un honor haberte escrito todos estos versos, fuiste durante mucho tiempo la musa que me obligó a sentarme y verter mis ideas con rimas en un papel, la inspiración que cualquiera puede querer, vos me la regalaste con lo poco que me diste.

Ahora hace dos o tres semanas que no te veo, y extraño los pocos minutos que te veo cada semana y sé algo más de vos, es extraño, pero las ganas de verte y conversarte combinadas con los paros, me han puesto en crisis.

Tenés el poder  para hacer que un hombre, solo con verte cinco minutos por semana quede perdidamente flechado por vos, te escriba diez o doce poemas y una carta de amor en crisis.


Que lo disfrutes.

Un beso de esos que nunca nadie te dio.

Nacho.

domingo, 25 de agosto de 2013

Sin Pelotazos

Abajo la pelota,
a tocarla más tranquilos,
que los tiros se alborotan,
y marramos el sentido.

Con la blusa transpirada,
las botas bien calzadas,
pases largos en carrera,
a tratarla de buena manera.

Que el diez está desmarcado,
que ya estamos en el penal,
un pivoteo para un costado,
un amague para rematar.

Y pelota al medio los rivales,
Un golazo de los de aplaudir,
ahora con los pies marcales,
y no dejemos de asistir.

Otra vuelta en el empate,
el aire quema, el corazón más,
son difíciles los penales,
y más si te toca atajar.

Hay golero! Si señores,
y unos palos para abrazar,
que te salvan de dolores,
y te ponen a contraatacar.

Cuando el culo está temblando,
y regateando te haces un lugar,
acordate que los buenos pases,
valen goles y los valen aún más.

En el caso del pelotazo,
hubo un sheriff aclaró,
si no es para el cabezaso,
el pelotazo nunca sirvió.

Pero algunas veces rinde,
sobre todo encajando dos,
por los puntos todo sirve,
y el alargue no es para hoy.


Más partidos hay delante,
contra el mismo sin dudar,
la pelota no se mancha,
pero cómo te hace sudar!

Més que un blog

He encontrado una manera,
de ponerme a conversar,
con mis cosas más serenas,
con las ardientes y las demás.

Cuando ves que estoy errado,
medio críptico al hablar,
y me avisas de mi aspecto de soldado,
de cosas con las que debo conversar.

Como libros y jugar a ser NBA,
y mis noches de tangacos,
mis semanas de pensar en calidad,
y las charlas que siempre nos adeudamos.

Como besos que se pronuncian mal,
botellas que tiemblan por abrirse,
las billeteras que no sufren un caimán,
y las horas en camas que ruegan irse.

Si entre tantas palabrotas voy mirando,
que es mejor ahorrarlas para la verdad,
para los ratos de amigos que van entrando,
para los cantos en barra camino a alentar.

Podré saber que entre tanto vidrio raro,
hay espejos que se miran y se miran mal,
hay ventanas entre honestas y demasiado,
y hay amores que duran un rato nada más.

Entonces cuando las vecinas estén hilarantes,
y sienta que mis dedos se relamen por volar,
me habré dado cuenta de esa forma errante,
que me lleva tan campante a imaginar.

Que mis dudas son tus dudas y son nuestras,
Imantando nuestras pieles no tan al azar,
para sacar a luz a todos como infieles,
que las muestras de dopaje dicen protestar.

Sin entrar en tecnicismos medio baratos,
y evitando decaer en lo de analizar,
esto de escribir mis mierdas y mis cantos,
me ha enseñado, sobre todo a caminar.

sábado, 24 de agosto de 2013

Permeable

Tantas cosas por versar,
que no suenen a mentira,
contigo no voy a pensar,
así esquives lo que diga.

Doy y opino por metido,
y me disculpo por hacerlo,
 pero como rías conmigo,
me agradezco ser honesto.

En tus sabanas naufragan,
mis preguntas y despojos,
y me cago en como cantas,
si conmigo están tus ojos.

Desde todas mis entrañas,
la más pura entre pasiones,
es aquella cuando empañas,
con tus besos mis razones.

Fue una noche bien de heladas,
vi que hay ojos que comunican,
mujer y tan entera te entregabas,
que tus ojos más que hablar gritan.

jueves, 22 de agosto de 2013

Negro


Despeinandome supuestos
de los versos subjetivos,
negro que te encuentro,
amarillo y algo herido.

Tan juicioso de centrales
que me asustaría ofender,
muy de muchos modales
que algunos logramos entender.

Tus palabras son tan ciertas,
como el tiempo que avanza,
mis miradas que sean puertas,
para poder limpiar tu karma.

Que te esfuerzas por la luna,
que te sale el estacado,
tu corazón no es de alguna,
y tu opinar malhumorado.

De lenguas rasuradas,
de mañanas de granola,
de mujeres conquistadas,
de luz prendida y en bolas.

Anarquismos seductores,
como solos y de noche,
comunismos desertores,
como no prestar el coche.

Pero un mate bien amargo,
aunque te traiga acidez,
siempre cebas a encargo,
por aquellos que queres.

Eso de vivir sin razón
lo venciste con temor,
con palabras al corazón,
para vivir por vivir el amor.

lunes, 19 de agosto de 2013

Despertar

El sonido de alarma de central nuclear se colaba en su cabeza insistentemente, abrió los ojos dejando salir un suspiro descontento, con los puños semi cerrados se refregó la vista y dio un giro en su cama enrollándose involuntariamente con las sabanas y el edredón de plumas, sacó el brazo derecho con un poco de esfuerzo, lo estiró hacia la mesa de luz y apagó el teléfono móvil que denunciaba las seis de la mañana con el molesto sonido de la alarma.

<<Que buen sonido que elegí>> pensó mientras apagaba la alarma y fijaba su vista en el techo.
El viernes entraba en el calendario, el horario de invierno condicionaba la salida del sol hasta entradas las siete de la mañana, una ventana de frente a los pies de su cama ‘’queen size’’ casi distendida al completo permanecía con las cortinas abiertas, su dormitorio enfrentaba el parque Prado regalándole un ventanal del piso al techo con una vista privilegiada del lugar, vivía en el único edificio de quince pisos que existía en ese barrio, y si bien la majestuosa vista del entorno bendecía la elección que había tomado años antes en el momento en que alquilaba el lugar, el frío dominaba la habitación y le hacía recordar la prohibición que se había impuesto al hecho de abrir las ventanas y respirar el renovado oxígeno que regalaba el Prado por las mañanas. Su apartamento estaba en el piso doce y las ráfagas de viento constantemente pedían entrada por las rendijas de las ventanas y puertas con una furia propia de temporal. Ni bien se había mudado al apartamento aquel verano años atrás, los furiosos silbidos eólicos de las brisas cálidas en las noches de enero, alertaron su sentido de supervivencia al invierno y enseguida pensó en convertir el lugar en hermético. Se había esmerado en llenar las aberturas de burletes de polifon para mantener el sitio lo más aislado posible de la temperatura exterior.

En su dormitorio, aún descansaba sobre su cama con las sabanas cubriendo hasta su cuello, miró hacia la derecha y fijando la vista en las puertas espejadas de su ropero, pensaba en la ropa que elegiría para el final de la semana laboral mientras hacía un rápido repaso sobre los movimientos a seguir antes de salir de su hogar. En un acto de valentía encendió el televisor en un canal de noticias que acostumbraba a ver antes de irse a trabajar, terminó de desenrollarse las sabanas y con su mano derecha removió la ropa de cama dejando que el gélido ambiente se posara en sus piernas desnudas. Se sentó al borde del somier y enseguida sintió el punzante dolor de cabeza que llega después de una noche de alcohol barato, <<Ay! Que hijo de puta!>>.

 Recordó la marca del whisky que había tomado la noche anterior, recordó que había tomado en abundancia, aunque no pudo precisar la cantidad. Enseguida, en un acto reflejo se incorporó al lado de su cama y como si aún la borrachera le durase se fue zigzagueando de su dormitorio, tomó de camino una salida de baño que siempre dejaba sobre la silla donde tiraba la ropa antes de irse a dormir, al llegar a la puerta de su dormitorio, con las plantas de los pies heladas y la piel de sus piernas erizadas del frío se calzó las pantuflas y siguió su camino hasta el baño.

Abrió la puerta y encendió la luz, dio una rápida mirada a su rostro en el espejo y sacudió la cabeza desaprobando su aspecto matinal, giró sobre sus pies y quedó de frente a la ventana del baño, se tomó del marco de madera y miró el anunciante día, comenzaba a ver el amanecer en un cielo de nubes avainilladas que la saludaban con más amor del que ese día invernal estaba dispuesto a ofrecer, pensó que era una hermosa imagen digna del verano, se dejó llevar por la sensación de que el clima en el exterior de su casa era agradable, cuando su rodilla tocó los azulejos blancos de la pared, cayó en la realidad de que el invierno demoraría un par de meses más en abandonar el país. Abrió la mampara de vidrio templado de la ducha a la derecha de la diminuta ventana del baño y reguló las canillas para que la ducha comenzara a templarse, cerró la mampara y comenzó a quitarse la poca ropa que llevaba puesta mientras miraba su figura en un espejo de cuerpo entero que descansaba sobre una mesada de mármol beige y a los costados tocaba el piso, <<los espejos son para verse el cuerpo entero, a la mierda con los pequeños botiquines para lavarse los dientes>> pensó. Cuando pudo ver el vapor salir por encima del cubículo de vidrio, abrió la puerta y con la punta de los dedos de los pies tanteó que el agua estuviera en la temperatura adecuada, confirmando la agradable sensación de tibieza, se metió bajo la lluvia a dejar que el agua caliente terminara de hacer el trabajo de recuperación que precisaba esa mañana.

Su cuerpo comenzó a sentir el calor del agua bailando por su piel, piel que hacía minutos permanecía sufriente del frío y con los pelos de los brazos como los de un felino que se siente amenazado, ahora dejaba entrar el temple del agua para volver a una temperatura corporal agradable. Mientras pensaba e intentaba conectar los recuerdos de la noche que acababa de terminar hacía apenas cuatro horas, lavaba sus dientes con vehemencia y enjuagaba su boca con el agua de la ducha, pasó su lengua por los dientes y los sintió esmaltados, tomó el jabón con crema y comenzó a frotar sus piernas suavemente, sentía como los poros de su piel agradecían la suavidad de la barra de jabón y la temperatura de agua, le gustaba tratarse bien bajo el agua, sentía como podía concretar sus deseos más íntimos con la simpleza de un jabón recorriendo su atlético cuerpo, el agua caliente barriendo las impurezas y el vapor del baño que trabajaba para coronar un clima ideal que parecía despertar esa mañana, todas sus fantasías.

Tomó el champú y apretó el pomo hasta que una cantidad acorde a lo necesario llenó el hueco de la palma de su mano y comenzó a frotarse su larga cabellera rubia, masajeó su cabeza con delicadeza y el cuero cabelludo cosquilleaba como agradeciendo la suavidad con la que le trataba, la espuma que se generaba en su cabeza caía y junto al rumor del agua, comenzaba a formar un claro remolino en el desagüe, permanecía con los ojos cerrados para evitar el ardor del producto, y encontró la oscuridad del momento ideal para acentuar la particular excitación que estaba sintiendo esa mañana. Mientras enjuagaba su cabeza, sus manos comenzaron a recorrer lentamente su cuerpo, se quiso dejar llevar por las emociones que no había sentido la noche anterior y ahora venían a cobrarle factura, fue bajando sus manos con suavidad por su frente, sintió la suavidad de sus pómulos y mejillas, el mentón que se elevaba al cielo y daba paso a un cuello que parecía querer estirarse más de lo fisiológicamente posible, su imaginación estaba rompiendo cadenas, sus manos bajaban por su pecho y como era de esperar, sintió sus senos firmes y enardecidos, sus pezones duros y erectos, la tentación invadió sus pensamientos y les dio un pequeño pellizco que acrecentó su notable excitación, usando sus dedos como pinzas retorció simultáneamente ambos pezones y un gemido se escapó con voz quebrada, supo que el camino esa mañana era solo de ida y se dejó remontar vuelo. Con una mano cruzó el camino de su pecho tocando sus senos y mantuvo sostenido uno de sus pezones, con el otro brazo bajó lentamente recorriendo su plano abdomen que delataba la respiración acelerada, cada una de las yemas de los dedos tocaba un punto débil en su panza, su excitación era tal que cualquier caricia gentil hacía viajar su mente entre los diferentes hombres con los que había mantenido relaciones y como buscando el ideal, aquel al que le regalaría ese orgasmo matutino, dejó que su mente cambiara de foto tanto como los altibajos que comenzaba a experimentar en la montaña rusa de su mente que parecía no tener fin. Para cuando sus manos llegaron a su vagina, palpó la suavidad de su piel, sus dientes mordían sus labios, gustó de la sensación, era un premio a los años depilándose y la humedad del interior de su sexo se pegó en la yema de sus dedos, que comenzaron a dibujar círculos con su clítoris, a penetrarla con movimientos gentiles hasta que se sintió dilatada y frenéticamente comenzó a mover sus dedos para darle paso al éxtasis, su cuerpo entero funcionaba solo y cada pedido que hacía era satisfecho por sus hábiles manos que no dejaban de moverse en zigzag sobre el ardiente clítoris, los gemidos le eran incontrolables, deseaba la lujuria que sentía esa mañana, su cuerpo estaba cobrándose la nefasta noche anterior, sus manos eran la herramienta que convertían aquella fría mañana invernal en un volcán con lava ardiente que recorría cada recoveco de su cuerpo, dejó que su equilibrio se perdiera y apoyó el hombro contra el frío de los azulejos.

Por un segundo olvidó todo, el dinero derrochado, el dolor de cabeza, el borracho imbécil con el que había salido la noche anterior, el trabajo, las cuentas, todo.
Los parpados se cerraron para que sus ojos se fueran a investigar el interior de sus pensamientos, un rayo de luz se encendió en su imaginación, a pesar de la alta temperatura del baño su cuerpo tembló en un sacudón, se erizó y dejó de erizarse, en cinco segundos una sonrisa se dibujaba en su rostro, la punta de su lengua tocaba el labio superior y cuando volvía a guardarse en su boca, sus dientes daban un pequeño mordisco de placer en su labio inferior, sus ojos permanecían cerrados, ahora su mano, la misma que segundos antes pellizcaba sus pezones, se tomaba la frente y una risa de placer dominaba el ambiente, sintió un escalofrío final que la hizo volar alto y lejos, se sentó en la ducha y sonriente dejó que el agua siguiera cayendo por su relajado cuerpo.

Satisfecha y entre risas pensó  <<y aún me falta pasarme la crema de enjuague>>.

viernes, 16 de agosto de 2013

Carrousel

Tragos de mayores,
mesas rojas,
mil amores,
que saludan sin mirar.

Cuentas rebotadas,
copas llenas,
dos miradas,
y se entienden sin hablar.

Frases en idiomas,
que interpretan con las manos,
dichos viejos acostados,
que se quieren renovar.

Y en aquella esquina,
hay una rubia distraída,
que la miro y me mira,
que me guiña al pasar.

Vuelta de aventuras,
Jueves, Viernes con cintura,
un abrazo una postura,
Rocanroles pa sudar.

jueves, 15 de agosto de 2013

Tan de aca

Tan cansados y tranquilos,
pasos flojos e inseguros,
poco riesgo y muchos hilos,
tan críticos, tan duros.

Del transporte y el café,
de los bares y las feas,
de los gordos y la fe,
de iglesias hechas de piedras.

Aunque son muy buena gente,
aunque peque de embolsar,
al progreso lo detienen,
las cabezas sin mudar.

Y por más que haya tambores,
mucha murga y carnaval,
cada vez hay menos flores,
en las ganas de avanzar.

Pero mi corazón tan duro,
si se va, vuelve a extrañar,
por sombras del mundo oscuro,
busca las luces de Uruguay.

miércoles, 14 de agosto de 2013

¿Un rato vamos?

No se a donde voy, el ritmo mantengo,
solo se que me gusta volar,
viajar a encontrarme, con cualquier pretexto,
que excuse en la noche, tu puerta golpear.

Voy a detenerme para pensar,
si corriendo no puedo más,
lo que quiero ver al andar.

Voy a preguntarte, ¿hacia donde vas?
¿te puedo acompañar?
¿me regalas un rato más?

No se donde vas, me es algo incierto,
solo se que conmigo bailás,
escucho tus versos y rio en silencio,
fue alto el destino, al hacernos cruzar,

Voy a preguntarte, ¿me acompañas?
no te aflijas puedo volar,
no te asustes me se cuidar.

Vas a dar tus vueltas, para pensar,
si ¿termina?, si ¿va a empezar?,
si ¿aprendí a saber sumar?.

Delirante

Afanosos los intentos,
de callarse frente al mundo entero,
adulante de lamentos,
su voz no porta el cuero,
su silencio tan danzante apaga el fuego.

Mi respeto no merece,
aquel que aprendió a rendirse fácil,
ahogando gritos entristece,
busca vida entre aquello ágil,
más no iza banderas en gastado mástil.

Que me vienen con historias,
de poetas vanguardistas sinvergüenzas,
si acá el que escribe de glorias,
que sangró en luchas intensas,
descansa en su poltrona afónico sin cuerdas.

Y el que me enseñó todo,
me hizo grande a fuerza de raspones
también contó a su modo,
que me ocupe si se esconde,
que le grite si no grita y le vuelva hombre.

martes, 13 de agosto de 2013

En la última

Sabe que son dos
quizás tenga tiempo
pero siguen siendo dos,
y sabe ademas, le toca a el.
como recuerde su técnica,
donde aplique su defensa,
la transpiración le cosquillea,
el ataque ahora se le enfrenta.
atento y de periferia,
una bola le sonríe suelta,
se estira, cachetea y se la lleva,
ahora su espalda aprecian.
lo aprietan dos y sigue,
lleva todo en la carrera,
los pasa y ve el final,
salta, suelta, pica y pica,
y nunca termina de entrar,
los ojos se dan vuelta,
las muelas se le aprietan,
las madres de todos,
el polifon la catarsis lleva,
la respiración le quema,
las manos en las rodillas,
mira y sopla al otro lado,
la chicharra suena vencida,
la gloria se ha esfumado.
Dios, el Universo, y el solo,
en el medio, en su fracaso,
transpirado y abandonado.
habrá revancha, estará pronto.

lunes, 12 de agosto de 2013

Mieles apretadas

Guarda historias, suelta cuentos,
manos largas por la espalda,
muestra histerias por momentos,
besos cortos, lengua calma.

Manos graves por sus labios,
entrantes y atrapados,
ojos grandes arden calmos,
por algún lugar del prado.

Por las dudas, por el fuego,
panza llena y vino amante,
revolviendose en dos tiempos,
bienviniendo al visitante.

En la noche que se aborcha,
unas mieles que se amagan,
apretandose a la hora,
hubo ropas que volaban.

Y en algún lugar del sueño,
revivió sin reparar,
vuelta al cuerpo ya despierto,
vuelta y vuelta a transpirar.

Por sus gritos a erizar,
continuaron a su son,
con notas de piel y sal,
reventandose hasta el sol.

sábado, 10 de agosto de 2013

Estamos jugando

Bien calientes y por transpirar
se miran a los ojos violentos,
son amigos, y van a batallar,
en el centro vuela el viento,
el más alto de los altos lo entrega,
el más bajo de los altos lo lleva,
las líneas blancas dictadoras,
meros limites en la variedad,
cada uno las usa a sus horas,
cada uno ve como va a volar,
algunos son de prestarla,
algunos no la prestan,
algunos son de calentarla,
otros los que se calientan,
hay los que gritan cerdos,
hay los que bancan en silencio,
hay los que no bancan nada,
y hay de los que se cagan.
Diez gladiadores transpirados,
picando una esfera de cuero,
seduciéndose despreocupados,
engañándose con recelo.
Y al final son héroes y villanos,
son depresivos y es lo divertido,
se sobreponen animados,
las resuelven con lo aprendido.
Todos asquerosos de cara sucia,
de manos negras y dedos rojos,
de ojos cansados y vieja astucia,
algunos felices, otros con enojos.
Se dan la mano algo resignados,
porque así el honor lo expresa,
hombría que no se hace a un lado,
en el deporte lleno de grandeza.

viernes, 9 de agosto de 2013

Sabor almohada

Se cruzaron como ideas,
que de rutas diferentes,
venían tan a lo fieras,
de rabonas de valientes.

Con los labios entresueltos,
muy tentadas por dos ratos,
de partidos de esos muertos,
y de machos en dos vasos.

Pero el robo de sus labios,
fue un fracaso pal doctor,
quien la venia relojeando,
esquivando el metejón.

La otra se empecinó hermosa,
en jugarle frente a frente,
cuando le vio en otra cosa,
de una le reventó los dientes.

Por el sendero de farolas,
volando helados de algún escalón,
mezclandose como las olas,
templando sus pieles con carbón.

jueves, 1 de agosto de 2013

De acento sobrador.

Ella que tan cercana y a la vez distante,
esconde sus brazos al trágico cobarde,
esquiva del malo que claudica errante,
adopta al valiente jugando a la madre.

Con sus vueltas tan modernas,
sus opciones a granel,
las cantinas siempre abiertas,
y sus ojos color miel.

Ella recorriendo galpones y rascacielos,
que va escupiendo chances pa’ crecer,
da veredas taconeadas dando celos,
mucha niebla para aprender a ver.

Que le quiten lo bailado al sol,
cuando alumbra las baldosas,
que le digan lo contrario hoy,
si la ciudad es buena y airosa.