domingo, 27 de octubre de 2013

Egoismo

Eres tan llena de luz por momentos,
que sorprende que portes agujeros negros,
donde a todos absorbes tratando de perros,
con tus oligarcas y baratos lamentos.
Pero que este fascinante señor,
que tantas sorpresas gratas te ha dado,
hoy entre sangre, gotas y llanto cansado,
te declara la guerra a puro amor.
Para que veas que la opresión,
no solo ha de volverte tan opaca,
tu libertad la vuelve más pacata,
y solo te salva la revolución.
Y esa remera que usas,
con la foto del Ché Guevara en stencil,
y esos posters con la pelada de Lenin,
ignora tus pobres musas.
Que todo mide por el brillo,
olvidándose de aquello que es esencial,
que se esconde a su pobre versión oficial,
cuando pasa su cepillo.
Pero allí está el tan elegante,
que los miedos te han de saludar,
chupando barriles te hace sudar,
dejándote oprimida y distante.
No cambias más la paz,
le llamas a esta mentira vida,
le llamas aunque estés sentida,
y sonriendo triste estás.
Individuales por manteles tiendes,
corres a satisfacer sus necesidades,
cuando todos vemos son necedades,
te guardas aunque comprendes.
Ve a buscarte otro istmo,
que cansado de tanto batallar,
que salude antes de saltar,
que no es mi estilo el egoísmo.

viernes, 25 de octubre de 2013

Mentira

Te dejas y es que así estás entrenada,
ofreces puestos de principes azules,
pides curriculums con amor a la carta,
y tomas al que venga, aunque no fumes.

Te gusta la mentira, aunque esté gastada,
aunque digas te quiero y te deseo,
y el silencio sea la respuesta esperada,
imaginas su vida con tus celos.

 Te gusta la mentira,
aunque sea sucia,
aunque esté vencida,
por que te endulza.

Te gusta la mentira,
aunque sea dura,
aunque esté podrida,
por que es astuta.

 Y no preguntes de quien son esos cabellos,
que si caigo aquí sin ellos es por truán,
porque te maquillas y te pones reflejos,
pero mis mentiras te derriten de verdad.

 Si he de emborrachar mis penas,
y entre vasos frases se me escapan,
aprende a cerrar bien las piernas,
cuando dócil mis palabras te atrapan.

No me gusta la mentira,
pero pides sinceridad,
y si opino de tu vida,
no querrás mi verdad.

 No me gusta la mentira,
pero no tengo otra opción
cuando pueda ser sincero,
te rompere el corazón.

martes, 22 de octubre de 2013

Ciegos

El día resplandece,
las personas comienzan,
el olor a goma quema,
y en el alma, anochecen,
las carreras que enferman.

Muchos gustos y surtidos,
sobran puestos para vivir,
durante medio día mecanizan,
aquejan de estar curtidos,
entre carpetas sin sentir.

Es que ha sido sin saber,
al grillete han abrochado,
la cadena en su cuello atan,
solo por querer tener,
mil sueños han abandonado.

Tan pendientes como fallutos,
antes de preguntar direcciones,
compran aparatos de mapas y voces,
reprochando a negros y putos,
matan tiempo, matando emociones.

Tanto baile sin los ritmos,
y tampoco han de cantar,
confunden alegría y colores,
"los juegos, son para niños,
creo empresas para amar".

Tropezando vanidades,
"que collar más lindo llevas"
susurran medias mentiras turbias,
te miden en cantidades,
y te envidian si aun juegas.

Pero no todo es en vano,
al cabo y sobre el final,
un pinchazo a su realidad,
y acabar su trago amargo,
les hará por fin despertar.

Solo espero no sea tarde,
por su alma tan gastada,
que por los techos quiso volar,
hicieron de ello alarde,
y la dejaron bien atada,

Si despiertas de esa noche,
y aun tienes algo en vilo,
rompe cadenas y transpira,
te le enfrentas como hombre,
incendias al mundo mezquino.

Que al final todo es farsa y picadillo,
un traje de madera nos espera,
te guste o no, la hora a todos nos llega,
y antes de ver un cajón con bolsillos,
preferirás arder en la hoguera.

domingo, 20 de octubre de 2013

Vuelta a verla

Dos gorriones equilibristas,
posaban en los pestillos de mi puerta,
suerte que tienen aquellos que vuelan,
que escapan de las revistas,
que se curan con el alma abierta.

Ayer el sol bañaba la vida,
en el ómnibus salí por un apuro,
y nomás a dos paradas la vi sentada,
disimula un gesto y mira,
de gafas negras jugué de duro.

Mientras se detenía,
ya de lejos venía relojeando,
“no me digas que es ella hermano”
como mirando si me mentía,
el destino, venía tentando.

Cómo confundirla,
a la musa responsable de mis rimas,
de las mejores basuras que he escrito,
obseso fui a pudrirla,
y ansioso caí en sus espinas.

Golpeé la ventana
Los gorriones volaron sorprendidos,
¿Quién es el pesado que no nos deja?
Avisaban en caravana,
era momento de escribir con mis sentidos.

Y ese día recodaba triste,
por recibir sus cartas tan distantes,
acabé por analizar cada una de sus palabras,
me escribía “ya fuiste”,
y gritaba que se ahogaba en otras frases.

Pero yo no le perdono,
porque ansioso y obsesivo escribo,
son esos daños colaterales que deja el amor,
amor que hoy es dolo,
que entre estas letras aun percibo.

Así que se quedan vacíos,
los cupones por invitaciones al café,
los cheques en blanco para que completes,
con ojos nunca míos,
con finales de lo que nunca fue.

¿Entre las cenizas,
después del fuego quedaron brasas?,
con este clima que se ha ordenado gris,
con esta puta llovizna,
además de apagar, me desgarras.

¿Por qué ir a disculparme?
Si nunca has entendido nada de esto,
tan literal me has leído me temo confieso,
deberías halagarme,
y no ser quien vacíe el cesto.

Todo lo que te halagaba,
un día convertiste en todo lo nocivo,
y tus dedos me tecleaban que me detuviera,
es que ahora pensaba,
te quejas que he sido un obsesivo.

Había sido fácil,
ocultarme entre todas mis tareas,
reclamarme más dispuesto a trabajar,
responder bien ágil,
responder con frases hechas.

Preocuparme,
de aquello que me daba un minuto,
de las personas que me querían a su lado,
era solo ocultarme,
las cosas que sentía por tu mundo.

Y fue sencillo,
hasta que esa tarde de sol y vida,
volvía a verte y vi que me miraste,
dos veces estimo,
tres veces y me quedé sin salida.

Pido me disculpes,
si mis frases fueron hierros calientes,
si he abierto viejas heridas aún en cura,
pido me disculpes,
y algún día, me susurres lo que sientes.

Esto es simple querida,
tu belleza me ha cegado y fue peor,
aunque tema estar de nuevo equivocando,
nada de eso fue mentira,
y si no lo entiendes, no conoces al amor.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Coordinemos

Hay cosas que me obligan a ocultarme,
a mostrar quien soy en algunas lineas,
zafando de la mirada ajena infame,
que juzga sin saber de lagrimas de tinta.

Cosas como eso de sentirme preso de ella,
y saber de lo prohibitivo que se vuelve,
saber también que juega mi cabeza,
y cada palabra dimensiona como quiere.

Pero me conozco los ademanes y los gustos,
me seduce una lucha hecha en desventaja,
y aunque con ella comience con lo justo,
haré de las mias para quebrar la racha.

Es que hay pocas sensaciones como ésta,
de sentirse seguro que va a pasarse bien,
de saber que por algo su perro duerme siesta,
y ella aprovecha para pasear sin el.

Esta bien que me divierta mientras llega,
y no se si ella es la que ansío tanto,
y como se que me desnuda si me piensa,
yo imagino que algún beso le saco.

Que se venga con las tardes calurosas
que florezca el barrio con placer,
coordinemos nuestra agenda tan deseosa,
rompamonos la boca de una vez.

martes, 15 de octubre de 2013

Y ahora

Te quise,
como al carnaval la murga,
como al tamboril el negro,
como al pecador el cura,
la duda a la pregunta,
las lagrimas a los ojos
el fuego vivo al rojo,
y ahora,
fuera de concurso,
una murga muda,
una lonja bien fría,
un ateo en capilla,
una respuesta,
ojos que duermen,
el gas enciende,
y ya no te quiero.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Los libros de Hector

Un nuevo día comenzaba, Hector cerró las puertas de su casa y caminó tranquilamente por la arbolada cuadra donde hacía al menos treinta años que vivía, conocía cada rincón de esa cuadra como cada línea de la palma de su mano, y en horarios de primavera, disfrutaba de la sombra que brindaba el arco generado en lo alto del centro de la calle, por las copas de los árboles. Miraba al cielo tupido de hojas y se dejaba reflejar en sus lentes de marco grueso, los pocos rayos de luz que atravesaban por algunos huecos que las hojas dejaban.

Transitó sin sobresaltos por las diez cuadras de su adorado barrio, saludó vecinos en cada cuadra, algunos salían a pasear a sus perros, otros salían para su rutina deportiva de cada mañana, otras <<viejas del barrio>> como solía llamarlas Hector, baldeaban la vereda y sacudían alfombras golpeandolas con vehemencia contra los árboles

<<La mañana invita a disfrutar del día que se anuncia, soleado y con alta probabilidad de sonrisas.>> pensó mientras sacaba el gran manojo de llaves, destrancó el candado y levantó la cortina metálica enrollante que protegía su comercio de los <<amigos de lo ajeno>>.

Cada mañana que abría, entraba en su negocio, encendía las luces de los estantes, y dejaba su comercio pronto para que ingresara el primer cliente. Volvió a salir para sacar el cartel que tanto lo caracterizaba, escribió la frase del día y se paró frente al comercio, lo admiró con emoción, aquella librería le había llenado el alma y la vida, de historias ficticias y reales, de cuentos de amor y de amigos. Allí conoció a quien había sido su mujer, allí sus hijos comenzaron a entender la palabra “trabajo”, el dinero y el orden. “Los libros de Hector” era el comercio de toda su vida, era toda su vida, y más que preocuparse por hacer dinero, se preocupaba porque el sitio fuera uno de esos donde al cliente se lo considera un amigo.

Los clientes podían entrar, mirar cuantos libros quisieran, tomarse una pequeña taza de café y leer el libro recién comprado en un pequeño rincón de lectura que estuvo desde siempre, sin apuro alguno. Quien no tuviera el monto total del valor del libro, podía pagarlo en dos cuotas si era presentado por un cliente de la librería. Si tenían niños, podían dejarlos en el otro rincón de lectura infantil, donde había puesto hojas en blanco y muchos crayones, y ahora, eran observados por las novedosas cámaras de seguridad conectadas a una pequeña televisión sobre el mostrador donde estaba la caja. La televisión estaba de frente al público, de forma que los responsables de los menores pudieran tener una vista clara de lo que sucedía en aquel rincón.

En “Los libros de Hector” el cliente era realmente tratado como un amigo. Pero como en toda relación de amistad, se le exigían determinadas tonterías. Sus manos limpias al tocar los libros, y para ello había dispuesto alcohol en gel en cada cabecera de góndola, y no doblar las puntas de las hojas, para ello cada libro contaba con un marcapáginas. Encima de cada cabecera estaba el cartel donde indicaba las únicas dos reglas que Héctor pedía a cambio del trato servicial que brindaba.

Esa mañana, como todas las mañanas, luego de abrir el local, tomarse el café y limpiar el mostrador, tomó los libros del canasto de las ofertas, algunos tenían más de un año allí, sin que nadie siquiera los moviera del fondo. Comenzaba a hacer el inventario según lo que tenía anotado del día anterior, y hasta pensó en quitar algunos y ponerlos en el canasto de libros para intercambiar.

Entonces cuando pasaba la franela naranja sobre la tapa dura de “Hamlet” lo vió, tomó el libro y miró el lomo del lado de las hojas y distinguió al instante lo que tanto temía.
Cada diez o doce páginas, las puntas del libro estaban dobladas. Chasqueó la lengua y tomó aire, su rostro se entristeció, las arrugas de sus ojos se cansaron y cayeron al igual que la comisura de sus labios, como si ver las hojas de “Hamlet” dobladas le significara lo mismo que sufrir por amor. De hecho, Héctor sufría de la misma manera que un hombre sufre por una mujer, pero por los libros.

Instintivamente pasó las páginas dobladas y las desdobló, revisó todos los libros del canasto y no volvió a encontrar hojas con las puntas dobladas, hizo el inventario un poco triste, pensó en quien había sido aquel que hubiese dejado a Hamlet con las puntas dobladas, se contentó con la idea de que podría ser un cliente de una sola vez.

Sobre las once de la mañana llegó Juliana, empleada a la que Hector había contratado hacía algunos años atrás cuando aún ella era una adolescente, la joven estudiante de literatura se devoraba los libros entre cliente y cliente, pero respetaba las reglas, por lo que Hector omitió tratarla de sospechosa y simplemente le comentó el hecho al pasar, <<Nena, sabés que el libro Hamlet de los del canasto, apareció con las puntas de las hojas dobladas, y encima cada diez o doce páginas, ¿vos viste a alguien?>>
Juliana tomó un papel y le escribió <<No hubo nadie que yo recuerde haya revisado el canasto de esos libros en la última semana, no te preocupes Hector, quizás haya pasado hace mucho.>>

Hector hizo una seña de desaprobación con su mano mientras seguía el gesto con un <<bah!>>, sabía que había sucedido el día anterior, porque cada día al inicio de la jornada, se ponía a controlar que los libros estuviesen en buen estado, en especial los de oferta.

Miró a Juliana a los ojos y ella leyó en sus labios <<Por favor, mientras yo reviso cada libro que no esté de puntas dobladas, tu estate atenta de cada cliente>>.
Asintió con una sonrisa y se ubicó delante del mostrador esperando a los clientes, mientras extrañada miraba a Héctor que con nerviosismo revisaba aceleradamente cada libro, se acercó a los libros en oferta y eligió Hamlet para leer. Se sintió sorprendida por haber leído de todo un poco en su corta vida, pero nunca había reparado en Shakespeare.

Abrió Hamlet y comenzó a leerlo, en la hoja 20 se detuvo, ubicó un marcapáginas y cerró el libro para atender al primer cliente que ingresaba en el día. Eran las dos de la tarde y aún no había almorzado, pero pensó que atender al cliente antes que a su necesidad, era parte de lo que Hector le había inculcado en el trato a las personas.

Era un hombre de metro setenta, calvo y de avanzada edad, las arrugas de su cara denotaba algunos años más que los de Héctor, el hombre de gabardina negra se quedó parado en el medio de la librería, cuando Juliana se le acercó y con una sonrisa le indicó que estaba allí para atenderle. El hombre le habló aceleradamente, de todas maneras pudo entender lo que sus labios decían. Buscaba a Héctor y decía conocerlo de años atrás.

Héctor se acercó por detrás de una de las estanterías, Juliana vió que la cara de su jefe dejaba la preocupación y se adentraba en el terreno de la desesperanza, pudo leer <<¿Qué hacés vos acá?>>, los párpados del cliente se abrieron redondos y una mueca siniestra se dibujó en su boca enseguida que escuchó la voz de Héctor, se giró sobre sus pies y se puso a conversar con su jefe. El cliente hacía ademanes y Héctor comenzaba a llorar solicitando con las palmas de las manos en rezo, <<más tiempo, por favor, más tiempo>>.

Juliana supuso que su jefe estaría debiendo algún dinero y esta persona venía a cobrar, como su sordera solo le permitía sentir las vibraciones más bajas de la voz, se ayudaba por la lectura de los labios. En este caso solamente podía leer los labios de su jefe, quien además tenía una voz bastante aguda debido a la edad. El cliente parecía tener el mismo tono de voz y al estar dándole la espalda a Juliana, ocultaba todo lo que le comunicaba a Hector.

Luego de ver que su jefe caía de rodillas sobre la moquette de la librería, Juliana que hasta entonces había mantenido un rostro de pasividad e indiferencia, dejó caer el libro de Hamlet en el canasto, las hojas se terminaron de doblar desparejas, sin ningún otro propósito más que el de ser otro libro accidentado, se acercó a los dos hombres y tomó al cliente del brazo para increparle juntando las llemas de los dedos como un pico y sacando un sonido estomacal de impotencia. Rápidamente escribió en su libreta <<¿Qué está pasando?>>.
El cliente de ojos negros y brillantes respondió. <<Hector sabe que no tiene más tiempo>>.
Juliana aún sin comprender la situación volvió a arrancar una hoja de su libreta con más dudas <<¿Más tiempo para que? ¿debe dinero?>>.

El sombrío caballero miró a Héctor llorando en el suelo, sacudió la cabeza desaprobando la escena, tomó de los hombros con suavidad a Juliana y le habló:
<<Las hojas dobladas de Hamlet no son una casualidad señorita, la regla de no ensuciar los libros y no doblar las hojas tampoco. Hector sabe que a mi me gusta ensuciar y doblar las cosas, ya hemos tenido un encuentro bastante más cercano que lo que muchos pueden llegar a contar. El sabía, el día que viese hojas dobladas en un libro con su letra inicial en el título, yo estaría cerca. Hoy es ese día>>

 Juliana comenzó a temblar, sin saber quien era el hombre y temiendo preguntar lo inadecuado mordió su labio, tomó su lapicera y maldijo el hecho de no saber hablar, de su sordera y de que vinieran a molestar a Héctor en este día tan lindo. En un intento por salvar la situación le entregó otra hoja de su libreta al caballero sombrío con la frase que había escrito Héctor en la pizarra de la calle, <<La mañana invita a disfrutar del día que se anuncia, soleado y con alta probabilidad de sonrisas. ¿Puede venir mañana? Seguro Hector estará más tranquilo>>.

Héctor se levantó de su charco de lagrimas, sus ojos brillaban claros y enrojecidos por todo el llanto, leyó el papel que Juliana entregaba al caballero antes de que se lo diera y rió. La tomó de las mejillas y dió un abrazo lleno de amor.
La volvió a mirar a los ojos y le dijo <<Ya no hay nada que podamos hacer, ha llegado mi hora, y agradezco que me pueda despedir de ti>>.
Sin soltar las mejillas de Juliana, giró la vista para mirar al caballero sombrío <<Me debías esto, te llevaste a mis padres, a mi mujer, a mis hijos, y jamás, nunca jamás me pude despedir de ellos. Gracias>>

El caballero sombrío abrochó su saco, se puso la capucha y tomó a Héctor del brazo, cuando pasaba frente a Juliana que ahora lloraba desconsoladamente le dijo <<Yo siempre cumplo con mi trabajo, nos volveremos a ver>>.

domingo, 6 de octubre de 2013

Serrucho

Que difícil que me entiendas,
cuando vas por esta vida,
como queriendo de dejar todo,
y ademas cortando piernas.

Por que te falta vestuario,
te piensas que a las mujeres,
hay que tratarlas como quieres,
y te olvidas de sus labios.

Entre algunos compañeros,
anduvimos revisando,
sabemos te cortas solo,
tienes miedo en los estadios.

El silencio que es tu aliado,
no cuando quieras aportar,
cuando copias sin pensar,
por no escuchar lo hablado.

Y ahora te haces el pollo,
no soy quien para juzgar,
y esas plumas te delatan,
van mojadas por baboso.

Aunque bien te queda el ave,
por que no conozco bicho,
que use alas de abanico,
por que de volar no sabe.

Si te gusta el misterio
hay de libros cantidades,
Conan Doyle te recomiendo,
así aprendes enserio.

Ladran Sancho dijo el hidalgo,
y justo este no era el caso,
por que hablo frente a frente
y más que ladrar, rujo y canto.

Siento mucho tus mentiras,
tus palabras tan vacías,
tus intentos de resalte,
tan llenos de alcahuetería.






viernes, 4 de octubre de 2013

Sin perdón

Puedes tener ojos,
como diamantes,
la nariz elegante,
las mejillas al tono,
puedes brillar,
al despertar sin maquillaje,
que tu cabello sea seda,
tus labios carnosos,
puedes tener todos los dientes,
las tetas firmes y redondas,
tu barriga plana y sedosa,
tus caderas perfectas,
tus piernas largas y tersas,
puedes incluso ser la dueña,
de la belleza,
del concurso,
del jurado,
y de la mesa.
pero si temes volar,
no lo puedo perdonar,
hazte a un lado,
voy a tomar carrera,
y remontar.



jueves, 3 de octubre de 2013

Carta a una hija

Querida hija,

Me propuse escribirte una carta para que la leas cuando la puedas comprender, no es mi intención que a tus cinco años te sientes a comprender la sarta de cosas que te puedo llegar a decir en estas líneas, que quizás puedan confundirte más de lo que estas. Porque hoy, tu vida se basa en recibir amor, dar amor, divertirte con los demás niños, y absorber todo lo que pasa a tu alrededor en este mundo que no terminas de entender, que es un mundo bastante miserable para personas como vos y yo, y que así y todo te(nos) parece maravilloso.

No puedo hablar por los demás, pero vos y yo somos gente sensible, gente que se emociona cuando ve el final de la película “Jamaica Bajo Cero”. Somos gente especial, y es hora de que estemos orgullosos de ello. A nuestro lado las personas brillan, si, date cuenta que de alguna forma logramos que los demás puedan brillar con el solo hecho de estar cerca de nosotros, y quizás sea un poco falto de humildad decirlo, pero lo tenía atragantado hace muchos años hoy, y ya no tengo ganas de andar callando.
A veces nuestras luces bajan, estamos medios apagados y así y todo damos aliento a otros con luces más bajas, y tememos que las nuestras no se vuelvan a encender, pero al final del día es solo temor, nunca dejamos de brillar ni de hacer brillar a los demás. Los demás también tienen su luz propia, aunque muchos duden de esto o ni siquiera lo sepan, la tienen y pueden hacernos brillar cuando nosotros estamos apagados, no te olvides de eso.

La vida no va a ser fácil contigo, no vas a tener una herencia millonaria de la cual aferrarte para poder vivir sin preocupaciones derrochando el dinero que alguien te dejó, en las tiendas de un shopping. Así suceda que de acá a diez años me convierta en millonario, querida hija, lamento informarte que vas a tener que trabajar, porque lo único que vas a obtener de mí, va a ser todo el amor que tenga para darle a una persona y un mapa para conseguir las herramientas que te permitan aprender a manejarte sola.
Así, mañana cuando yo no esté más a tu lado, cuando me quieran de arriba, o de abajo, y no me quede otra opción que ir, ahí lo único que vas a extrañar va a ser la conversación conmigo, mis abrazos y besos, mis caricias, mis manos en tus manos yendo a la cancha a ver un partido de futbol o basquetbol. Así cuando yo me esté por ir, sepa que me voy dejando a una mujer independiente que no va a depender de nadie más que de sí misma para enfrentar y vencer uno a uno, cada uno de los retos que le presenta la sociedad en la que nos toca vivir.

Y esta carta es parte de eso.

Estudia siempre y todo lo que puedas, que estudiar va a abrir tu ángulo de visión, podrás ver las situaciones que te toque vivir de distintas perspectivas, por que tendrás un cerebro con información para mezclar, evaluar, categorizar, mezclar de nuevo y poder obtener una resolución creativa al problema que te aqueje. Si no estudias, tu cerebro va a ser como un vaso vacío, por sí solo, no quita la sed, y nadie puede vivir sediento, así que dale contenido a tu vaso, llena tu cerebro.

Las instituciones educativas son fundamentales para que conozcas gente con quien crecer, pero no son ni el principio ni el final de la educación, se también autodidacta, aprende de libros por ti misma, de internet, de los demás, de los viejos y de los más jóvenes, todo y todos pueden dejarte algo, y eso no te lo enseñan en ninguna universidad.

Vas a tener que elegir algo que estudiar y en eso te querrás volver una profesional. Elige bien. Elige algo que te haga feliz hacer, que sientas amor por ello, que tu tarea tenga tanto significado para ti, que sientas que puedes cambiar el mundo, que sientas que estás cambiando el mundo cada vez que lo haces. No te dejes llevar por las mil opiniones que te daremos nosotros, los adultos, sobre cuál será la mejor carrera a estudiar, sigue a tus sentimientos, y si eliges mal, elige de nuevo. Siempre hay segundas oportunidades.

Para que no te pases saltando de carrera en carrera, es importante que elijas bien de primera, y la mejor forma de saber si estás en el camino correcto, es tener la certeza de que te pagarán un salario por algo que te gusta tanto hacer, que lo harías gratis. Puedes tener muchos títulos, pero concentra tus esfuerzos en una cosa, de nada sirve saber de todo un poco, vas a sentirte insegura y la inseguridad no es buena, ni para quien te emplea, ni para tu rendimiento profesional.

Cuando llegada en años donde toda esa cantidad de hormonas efervescentes te lleven a los brazos de alguien, sea mujer o varón, vívelo con intensidad y no desperdicies el tiempo imitándonos a los adultos que discutimos por huevadas, vive porque hasta donde yo sé, solo podrás vivir una vez.

Respeta a quien te respete, porque si brindas respeto, te van a devolver respeto, y si no lo hacen, pues entonces tendrás argumentos para defender tu posición. Evita la violencia, nunca defiendas tu postura con agresiones, defiende lo que quieras cuando estés firmemente convencida de ello, pero hazlo con respeto e inteligencia, el poder de las palabras, he aprendido, es mucho más hiriente que el poder de un golpe. El daño físico que puede generar una buena piña en un ojo, va a recuperarse a las pocas semanas, el efecto psicológico que puedes generar dándole una lección con solo el poder de la inteligencia y la palabra, a quien sea que lo merezca, va a durarle para toda la vida. Recuerda, cuando digas "NO", vale "NO". Y si bien quizás no sea el mejor consejo que te pueda dar, a veces la violencia funciona y es necesaria. Así que, si consideras necesario usar la violencia, úsala y no mires atrás.

Enamórate y enamora, te llegará el momento sin que lo busques demasiado y te enamorarás de quien te enamore. No podría decirte con qué técnicas te hará sentir ese hilo de felicidad que recorrerá desde tu barriga hasta tus labios y te hará cruzar los ojos mirando el techo, porque el amor es táctica y estrategia, y las técnicas que he utilizado, he visto que han ido evolucionando con el tiempo y a pesar de que me he mantenido actualizado, es probable que para el momento en que te hayan enamorado, yo haya perdido un poco la práctica. En menesteres del amor es importante no mantenerse oxidado, y cuando confías tu compañía, fidelidad y te entregas a otra persona, es normal que las habilidades de Don Juan vayan menguando y por lo tanto oxidándose.
De todas formas, todo esto no tiene por qué ser así, no debes dejar que tus habilidades de conquistadora de corazones se oxiden, debes entender que el amor dura para toda la vida cuando se hace durante toda la vida. El amor es algo que ha fabricado el hombre para sentirse completo, y cuando se da cuenta de que se terminó esa completitud, comienza a sufrir. El amor, hija mía, es el mejor invento que ha hecho el hombre, pero para durar, debe fabricarse y renovarse día a día. Así que cuando las flores comiencen a faltar, cuando los poemas no aparezcan, cuando ya no te corra el hilo de felicidad, o te pones a enamorar a tu enamorador, o enamoras a otro.
En las parejas, las cosas son de a dos, si uno deja de crear amor, es porque el otro le dejó de gustar. Podrán inventarte miles de excusas para evitar que te sientas mal, podrás pelearte y hasta tirarle platos, pero la realidad es que le has dejado de gustar, o él te ha dejado de gustar a ti.

Ten muchos amigos, y cuídalos, son personas maravillosas que te protegerán y aconsejaran cuando se los pidas, y quizás hasta tengan razón. El mejor amigo será aquel que te haga enojar cuando te da una opinión, el que te desafíe a ser mejor, aquel que cuando no esté con sus críticas, extrañes.
Las amistades entre mujeres son algo diferentes a las de los varones, muchas veces serán tus mejores amigas hasta que el peinado te haya quedado mejor que a ellas, si te sucede eso con alguna amiga, bueno, esa no sirve como amiga.

Amigas y amigos, que te acompañen y enseñen, que puedas crecer con ellos. Ten en cuenta que la amistad entre el hombre y la mujer se da muy pocas veces, y la mayoría de las veces de esas pocas veces, el hombre tiene intenciones que van más allá de la amistad, así que estate atenta, quizás te enamores de un amigo.

Cree en los amigos, en las personas, aunque te defrauden no dejes de creer, muchas veces las personas hieren o defraudan sin darse cuenta de lo que hacen, así como alguna vez tú defraudarás a alguien y querrás una segunda oportunidad, no dejes de dar segundas oportunidades. Crea y crea, con tus amigos no dejes de crear. Crear te ayudará a sentirte parte de cosas, a sentir las cosas como tuyas, te enseñará el esfuerzo y el valor de la pasión por crear eso en que crees. Crea y cree.

Con tus amigos vas a tener acceso a drogas, pruébalas todas. No vale la pena vivir la vida arrepentida de haber perdido la oportunidad de probar alguna droga. Ninguna droga va a apresarte con una o dos probadas. Las dogas son ricas, por eso las personas las consumimos, nos ayudan a solucionar momentos, y así como nos ayudan, nos hunden y son nuestra propia fosa. Absolutamente nada consumido en abuso es saludable, prueba comer  un kilo de azúcar de un tirón y me cuentas cuan saludable es, con las drogas es igual, abusas y te mueres. Ten claro que las drogas pueden hacerte feliz un rato, pero si las comienzas a necesitar siempre, tendrás que solucionar el problema que tienes, con algo diferente a las drogas, por ejemplo, un psicólogo. Ah, la marihuana no es una droga, y para cuando leas esta carta las personas probablemente estén consumiendo marihuana hasta en los alfajores, sin embargo, tampoco es bueno abusar de ella.

Cuando puedas elegir con quien compartir tu vida, fíjate que te haga feliz, que te permita ser la mejor versión de lo que puedes llegar a ser, pero sobre todo, fíjate que te deje ser libre. La libertad es el derecho fundamental de todo ser humano, y cuando la libertad se cruza con el amor, muchas veces se mezclan conceptos y uno se adueña del otro. Aparecen los celos, no permitas que alguien con celos decida por ti, tú eres libre de hacer lo que quieras.

Hay dos cosas que tendrás seguras al nacer, la libertad y la muerte. Aunque suene feo, oscuro o doloroso, la muerte es lo único que con seguridad nos llega a todos, a algunos antes que a otros. En cambio la libertad hay que cuidarla, criarla, regarla y no arriesgarla. Es algo parecido al amor, aunque la libertad te va a permitir tomar decisiones, que si no fueras libre no podrías tomar. Podrás elegir con quien vivir tu vida, tener hijos, estudiar, matar, robar, molestar, bromear, hacer silencio, aprender, enseñar. Hay cosas que si bien son parte de la libertad, no deberías hacerlas a menos que quieras perder tu libertad. Cuando una persona pierde la libertad es cuando empieza a valorarla.

El dinero es importante, cuida tu dinero, pero jamás dejes de disfrutarlo. Trabajar por dinero y usar el dinero únicamente para ir a trabajar va a convertirse en un círculo vicioso, así que ahorra, pero disfrútalo, cómprate lo que necesites y lo que quieras, pero siempre sin derrochar, y jamás gastes lo que no tienes, entrarás en otro circulo vicioso del que te será más complicado salir.

Verás con el tiempo que se te podrán romper mil vestidos, juguetes, cuadernos y objetos, que podrás llorar un rato por todas esas cosas materiales que se vuelven a conseguir con dinero y como nuevas, y verás que cuando pierdes esas cosas que no se pueden tocar, como los amores, como los amigos, como la libertad, te das cuenta que, cualquiera de esas cosas intangibles tienen más valor que todo el dinero del mundo.

Cuida tu vida, vive libre y deja que los demás vivan libres.

Como yo y como todos, serás presa de tus palabras y responsable de tus actos. Es algo que debes entender y cuanto antes, mejor. Cada cosa que hagas va a tener una repercusión, algunas serán buenas repercusiones, otras serán malas. En cualquier caso, hazte cargo. Hacerte cargo de tus actos va a hacerte diferente entre las demás personas, y créeme, hay muchísimas personas que no se hacen responsables de lo que hacen.

Esta carta se me ha ido un poco larga, estuve intentando darte pautas de vida, de comportamiento, brindarte pistas para que puedas trazar tu camino sin problemas, y me he dado cuenta que quizás, y sin quizás, esté bastante equivocado. Me he dado cuenta de que el día que leas esta carta probablemente haya desbancado unas cuantas de estas ideas por ideas nuevas. También me he dado cuenta que soy libre de hacer lo que quiera y me hago cargo de mis actos.

Me di cuenta que el camino te lo irás haciendo al andar, y que más que una carta, te voy a dar mi mano para caminar contigo, así esté lejos, así esté cerca, estaré caminando contigo.

Hoy cuando te dejé en la escuela y me dijiste “feliz cumpleaños papá” pensé que te daría un abrazo tan fuerte que te rompería todos los huesos, entre el shock que me dieron escuchar esas palabras por primera vez salir claramente de tu boca, y que te fuiste rápido con una sonrisa enorme para entrar a clases, se me pasó la chance. No me preocupa, por que habrá muchas más.

Un beso de esos que nunca nadie te va a dar.
Te quiero con la fuerza del león.

Papá.

Menos elegante

Nena,
que buenas esas piernas,
si nadie te lo dijo,
hoy no traigo frases tiernas.
A ver si te dejas de vueltas,
que tengo el tiempo corto,
improviso entre conversas,
si me sales con que hay otro,
si no quieres no te beso,
si te gusta no te halago,
que me gustas te confieso,
pero no me lo hagas caro,
entonces así es la vida,
que ya se lo que me vale,
no me como la comida,
por eso en esta tarde,
no te alargo más la intriga,
corto el cuento y entro a hablar,
me interesa que me digas,
si al cine ¿me querés acompañar?.

Elegante

Disculpeme el atrevimiento,
que de afuera la conozco,
no digo de campo adentro,
digo que la he visto y poco.

Pero entre tanta mezquindad,
ver que hay días de sonrisas,
ver que ofrece tranquilidad,
y yo que voy barriendo cenizas.

Despertó en mi un sacudón,
por moverse elegante y segura,
que me auguran fuerte el metejón,
así que mejor no se me apura.

Pero volviendo al objetivo,
quería ver como anda de horarios,
sin querer ser atrevido,
es que caminos no hay varios.

Ya sin darle tantas vueltas,
lo resumo y se lo digo,
tengo entradas para el cine,
¿quisiera venir conmigo?

miércoles, 2 de octubre de 2013

Sin precio

Heredera de un imperio,
destructora de ocasos,
a muchos le quitas el sueño,
y no es por tus ojazos.

Pero a mi con tus armani,
no me compras en dos vidas,
un rato tranzo mis ideales,
para ver bien de que venías.

Tus palacios me intimidan,
tus caderas me seducen,
con esas cosas que te afilan,
pero no me marean las luces.

Asi que dame habitaciones,
en el ritz o en el barato,
que yo te beso entre canciones,
mientras haces volar tus tacos.

Y cuando creas que me tienes,
como si fuese una nación,
te diré que no te empeñes,
que en mi hambre mando yo.