martes, 31 de diciembre de 2013

2014

En mis poesías hay más que letras,
en esas rimas y versos hay personas,
situaciones, sensaciones, vida conexa,
que se encaman si bien las seleccionas.

Están las cuartetas con brillo,
está en los títulos y en la esquinas,
jugando el Negro Castillo,
haciendo pensar a las minas.

Están las criticas a mis viejos,
a mi vieja y a mi viejo,
a descansarme con todos ellos,
y a expresarme en besos.

En mis piezas literarias hay irreverencia,
hay oscuridad y mugre entremezcladas,
pero hay luces que cambian la conciencia,
que hacen pensar hasta a la mas mala.

Los que no entienden nada,
también están en mis letras,
que se jactan "sin mariconadas"
y nunca probaron una teta.

Están los iluminados oscuros del viaje,
esas personas que enseñan a ejemplo,
entre todos ellos hay uno de traje,
les hablo del Diego, del Paseyro.

En estas mierdas que todos pasan por alto,
están los lectores más académicos de todos,
los Orientales valientes artiguistas e ilustrados,
y está el pacato ignorante que somos todos.

Así que no es momento de dar explicaciones,
pero si así es que terminamos los problemas,
es un buen día para contarles mis canciones,
y saludarles por el año nuevo que se acerca.

Irse se va

Tengo ganas de que se vaya,
que me deje de una vez,
que fui de batalla en batalla,
por que me tocó crecer
tengo ganas que se vaya,
que se vaya de una vez,
así siga en crecimiento,
no lo quiero ver jamás,
igual no le queda tiempo,
tranquilo, que irse se va.
Al que venga que recuerde,
ni bien empiece a nacer,
que lo viejo se entierre,
y lo nuevo a florecer,
le daré agua cada día,
cuidaré como al que más,
aunque no es el quien defina,
si yo no apuesto a cambiar.
Feliz año para todos,
desde este humilde poeta,
el que no borra con los codos,
y seduce con su lengua.
Feliz años para todos,
volveremos a cantar,
se va quedando sin horas,
tranquilos, que irse se va!.


lunes, 30 de diciembre de 2013

No pidas

Todo aquello que me sobra,
como aquello que me falta,
junto a todo lo que tengo,
con todo lo que quisiera,
lo tiraría sin pensarmelo,
por la borda de tus ojos,
por los cerros de tu espalda,
por las lineas de tus manos,
y la fuerza de tus palabras,
solo y sin pensarlo,
aunque no me lo pidas,
es lo que haría sin dudarlo,
por un rato entre tus días,
mañanas en tus brazos,
noches en tu cuerpo.

Pero donde insinúes,
¡ay donde me lo pidas!,
no has ganado tal derecho,
de ello más me aferraría,
te haría sudar a besos,
mimar mi piel ajada,
mi rostro fuerte y tenaz,
mis ganas de más,
así que no me pidas nada,
pero gánate el derecho,
de quererme y ser amada,
como nadie te lo ha hecho.

sábado, 28 de diciembre de 2013

De ahorrarse callar

Me dí cuenta hoy nomas,
lo bien que me sale eso,
una tontería dirían algunos,
pero no te haces una idea
lo bien que me sale y natural,
andar ahorrando silencio,
y cuando quise acordar,
tenía la cuenta del banco,
llena de mi atesorado ahorro,
y eso que no le puse empeño,
pero sola se fue llenando,
y genero intereses,
y hoy que me sobra el silencio,
que es cuando más lo quiero,
que ademas es cuando me di cuenta,
que era el momento,
que había llegado la hora.
De gastarlo todo.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Eutanasia

Como si fuese una gracia,
tomé sin medir longitud,
enrollando la desgracia,
confundida con salud,
bebi en vasos mal lavados,
de gotas de agua seca,
de antros bien iluminados,
que venden noche de la buena.

Una y otra vez y otra,
por si me vienen lagrimas,
para poder tener la rota,
por la suerte que me afana,
y como si fuese una gracia,
me puse el traje de doctor,
jugando a la eutanasia,
con mucha conversación.

Hace un año y medio juego,
sin andar sacando números,
de a poquito voy muriendo,
como un buen energúmeno,
pero no tengo problemas,
ni me quiero suicidar,
me seduce la muerte lenta,
y no la quiero ver llegar.

Voy matando días de vida,
sin medir más que el momento,
en una sola noche fría,
quemo varios días del cuento,
y que me quiten lo bailado,
¿quién me va a poder juzgar?
si, ahora vivo regalado,
pero ya me voy a matar.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Como dados

Tiramos los dados al sol,
los vemos girar apresurados,
nos vemos girar a su son,
nos guiñamos despreocupados,
mientras los giros remolinan,
el aire se me acota,
sobre todo cuando te miran,
me voy de tacos a botas,
y en mi lugar armo el fuerte,
desde donde veo el juego,
y en el aire giran siempre,
nuestros dados hechos fuego.

Como se que voy dando,
y tampoco es demasiado,
ni te ando reclamando,
ni a tus tiros voy juzgando,
y como se que son tus ojos,
que me miran intrigados,
hablo fuerte y sin despojos,
y a tu lado con los dados.

Finalmente van cayendo,
en cada pique una verdad,
como si se fuese cubriendo,
con unos besos la adversidad,
pica y tienes razón,
el mundo se reduce,
la que habla es tu voz,
la mia ilumina el cruce,
y vuelve a picar una caricia,
mirándome desconcertada,
subiendo apuestas con noticias,
te quedas un poco lastimada,
pero ahora pican a la vez,
y parece que transpiran,
quieren caer en seis,
y en la mesa, todos miran.

Que mi Dios no es buen timbero,
ya lo sabes de hace rato,
y que tus manos tienen “eso”
para volverme en tus dados,
es historia conocida,
lo que te pueda decir,
apostaría, otra perdida,
pero no se de mentir,
así que si aun quieres,
continuemos este pacto,
donde nadie nos hiere,
y nos queremos, como dados.

martes, 17 de diciembre de 2013

Princesa Rusa

Aburrido de tus palabras,
me puse a escribir propias,
erizándome al trazarlas,
te iba quemando las ropas,
mientras llorabas ilusa,
mentías a mis ojos,
descubrí la escaramuza,
de labios que dicen poco,
de cogotes altaneros,
modales sin etiqueta,
gritos fritos al pedo,
y argumentos de seda.

Cometías el error,
de discutir en textos,
donde tus gritos de pavor
son letras de diseño,
y ante los parráfos míos,
sucumbió tal vozarrón,
por que escribes sin sentido,
y buscando adueñar la razón.

Así que para la próxima,
sabrás que el texto, sin dudas no es lo tuyo,
que la sinceridad no es tóxica,
y que pelos en mi lengua, no hay muchos.

jueves, 12 de diciembre de 2013

El Denyer

Un hermano está herido,
y quiere ver de volar,
lejos de la ciudad.
Se lastima en barrotes,
con los vidrios del mal,
bebiendo oscuridad.

Va a lugares siniestros,
donde está de local,
brillando al transpirar,
Con la bolsa anudada,
y en la mano napalm,
estrategias de bar.

Se da un minuto y pico,
sin dejar de pensar,
se quema el cuerpo hablando,
para volver,
a iluminar.

Un hermano el que sufre,
y comenzó a carretear,
abriendo alas va.
Sacudiendo demonios
sin perder su lugar,
muestra su placa y va.

Tiene tiempo de sobra,
y mira bien el score,
no es de gritar el gol.
Hace un pase de faja,
un brazo y un pickanroll,
vuela hasta ver el sol.

Quemando días de vida,
sin dejar de pensar,
incendiará el cuerpo a nado,
para volver,
a iluminar.

Cuando es el peligro,
no hay quien pueda zafar,
de los ojos del mal.
Si el peligro es el mismo,
va a encender al remar,
el encrespado mar.

Si el tornado está bravo,
es hora de reagrupar,
fuerzas para rodear.
Es la vuelta del cielo,
es una nube que ya,
el sol no puede tapar.

Quemar días de vida,
por ver de restaurar,
historias de otras tintas,
y volverá,
para brillar.




miércoles, 11 de diciembre de 2013

Lejos

No me esperes despierta,
que me fui izando velas,
por océanos ardientes,
siguiendo a una estrella,
partí hacia el continente,
donde habitan las simplezas,
donde el daño esta presente,
cuando falta la impureza,
que te enseña de la ruta,
de la vida en un repecho,
y aunque la juegue de bruta,
me protegerá en su lecho.

No me esperes despierta,
que la noche va a ser larga,
pasé la llave en la puerta,
el bolso fue a mi espalda,
perfumé mis ideales,
reciclé nuevos recuerdos,
con agua de manantiales,
donde perdía mis sueños,
y en el viaje enfermé,
abrí heridas mal curadas,
cautericé y cicatricé,
mis andanzas mal pagas.

Si me esperas despierta,
entonces criarás ojeras,
gastaras de mirar la puerta,
y llorarás en tu ceguera,
pero es tan libre mi alma,
y también llora si he de apresar,
otras almas que ya no le calan,
aunque rueguen y quieran calar,
así que siente y haz sintiendo,
si quieres espera despierta,
sentada, o espera durmiendo,
pero estoy lejos de dar la vuelta.

No es lugar para purgas

Son los días de alquitrán,
que te mueven presurosos,
tu forma de pensar,
tu politico tenebroso,
con un correctismo inflable,
juzgando a quien te parezca,
creyendo que esta tu padre,
para ir y cagar la fiesta,
envalentonas en la sombra,
a tus bichos más gigantes,
con rayas que desbordan,
los límites del ser pensante.
Y en las últimas dos cuadras,
reflexionas dolorido,
siendo tarde para lagrimas,
reprimes aquello vivido,
discurseando papel picado,
persiguiendo al que se escapa,
quieres mate y no satinado,
ese no va con tu chapa,
aunque bien te has encargado,
de ganar tus buenos juegos,
los disfrutas apesadumbrado,
entre dientes y recelo.

Me descubres apasionado,
y algo de eso te rechina,
opinando descorazonado,
con razones e hidalguía,
tan detallista te precias,
que te esquivan los detalles,
las razones que aun tengas,
no caben, no dan el talle,
cuando hablamos de pasiones,
infantiles nos ponemos,
nunca entran las razones,
si hablamos de poner huevo.
En tu imagen espejada,
ves las cosas que te asustan,
a imagen y semejanza,
quieres moldear a quien buscas,
pero no no es mi profesión,
ser quien diga el más correcto,
voy cambiando de rol en rol,
según cual sea el momento,
ni reprimo mis sentidos,
ni te invito a liberarte,
pero si no puedes contigo,
aqui no vengas a purgarte.

martes, 3 de diciembre de 2013

Hasta que yo quiera

Echado bajo un mar estrellado,
he rezado a Dios y sus secuaces,
"sácame de esta estoy ajado"
y en su modus no me la hace fácil.
Le he dicho que me dé tiempo,
que aqui tengo una misión,
que bien adentro siento,
haber venido por una razón.
Agradezco aun respirar,
despertarme y bañarme de sol,
agradezco poder llorar,
y no ahogarme en la desazón,
a pesar de algunas veces,
ahogarme entre mis lagrimas,
se que el camino es donde creces,
el mundo gira, todos y todo pasa.
Entonces recuerdo algunos trucos,
de esos que me ayudan a esquivar,
las balas que me dispara el intruso,
por intruso en mi propio hogar,
que pide orden mientras ensucia,
que roba energía disimulando,
apagando luces, dejando a oscuras,
su vida, su alma también va apagando.
Entonces en mi calma exterior,
entonces en su histérica pobreza,
mi libertad es su mal mayor,
y mis palabras la cicuta que le besan.
Por batallas anda el mundo como anda,
mis guerras las libero dentro mío,
no revelo a mi atacante mis migajas,
tampoco quiero que siga vivo.
En la lucha con mis pensamientos,
tapo ollas que vomitan vapor,
para evitar esos agrios deseos,
de verle pudrirse en un rincón.
Toda mi vida he pedido nada,
me acostumbré a comer pan de hoy,
en el desayuno de mañana,
y eso habla de quien soy,
toda mi vida he sentido,
que alguien más esta presente,
pero a Dios le ama el asesino,
lo mismo que el creyente.
Y a los ateos que tienen razón,
y les sobran motivos para vivir,
los quiero ver en depresión,
sin nadie a quien acudir.
Así que me quedo con mi duda,
tan hermosa como intensa,
tan generosa como absurda,
mia, y no esta a la venta,
cada día hay menos tiempo,
eso dice tu reloj,
y aunque te importe un bledo,
igual te vas a ir al cajón.
algún día sin mañana,
comeré hoy el pan de hoy,
ese dia si reclamas,
seré sordo a tu petición.
Te lo aviso y te lo aclaro,
aunque dudes de mi voz,
no te sientas traicionado,
el que avisa, no es traidor,
serás mi cruz sobre mis hombros,
hasta el día que yo quiera,
para romano te faltan logros,
para Jesús me falta madera,
así que llena tu copa de odio,
y si gotea el vino barato,
persigna tu culpa solo,
que me habré ido hace rato.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Anuario Trece

Este año me he pasado,
escribiendo alguna historia,
en servilletas de un hotel,
cuando el barman me anunciaba,
que sería el último trago,
nunca le quise creer.

Conocí unas cien personas,
en abrazos que desploman,
y las aprendí a querer,
pero fueron mis hermanos,
los que me vieron llorando,
y me enseñaron a crecer.

Recorté las madrugadas,
cuando ya no daban nada,
para volver a soñar,
me quedé en las noches largas,
desarmando alguna cama,
aprendiendo a volar.

El verano vino amargo,
repartiendo apagado,
soledades de hormigón,
cuando algunos no creían,
cuando otros se reían,
les enseñé mi valor.

En materia de creencias,
preferí hablar de ciencia,
pues no tengo religión,
pero siempre hubo una iglesia,
que me calmó la conciencia,
cuando vino el apagón.

Las mujeres de primera,
fueron buenas compañeras,
las recuerdo, ¿como no?,
pero entre tantas solteras,
me di cuenta la mas bella,
es la que da conversación.

En un campeonato bravo,
sin estar clasificados,
arranqué antes de play-offs,
tantos años de sequía,
para vivir la alegría,
de gritar "¡dale campeón!".

Las canciones en la hinchada,
la garganta bien cascada,
con la banda del rincón,
achicando marihuana,
en la sudamericana,
otro año nos juntó.

Jugué al basquetbol sin piernas,
me tocó besar la tierra,
pero nadie me frenó,
aprendí que las derrotas,
entre amigos son muy pocas,
y tienen otro sabor.

En materia financiera,
no guardé ni una moneda,
y fue siempre fin de mes,
aprendí que en la abstinencia,
fue cuando tuve conciencia,
pero me olvidaba el diez.

Tantos ómnibus tomados,
tanto viaje a los codazos,
tanto baño que faltó,
pero me he acostumbrado,
a viajar siempre agarrado,
por si viene el sacudón.

Fui por la ciudad tangaco,
me quedé viviendo manso,
y un incendio nos sacó,
volví para el viejo nido,
donde no fui recibido,
pero igual de paso estoy.

Fui hasta la vecina orilla,
para ver cuanto rendía,
eso de la gran ciudad,
vi la parte mas concheta,
de una gran ciudad careta,
donde el sol no brilla más.

"Por las dudas vengan antes,
que Dolina es muy errante",
me decía antes de entrar,
una mina que apuraba,
en la fila de la radio,
pa' que nos guarde el lugar.

Le ofrecí una coca cola,
como gracias por la bola,
ya que nos vino a buscar,
nos paseó por todos lados,
y hasta nos pagó el boleto,
en el bondi federal.

Viajar y perderme un rato,
me ubicó en los zapatos,
de encontrarme una vez más,
de querer mis pocas cosas,
mucho más si no se tocan,
que resisten la humedad.

En las noches más jodidas,
me abrigó un amor de niña,
como nadie puede dar,
en los días que faltaba,
las paredes arañaba,
la extrañaba a rabiar.

De mi mano por el barrio,
va mirando, todo extraño,
descubriendo nada más,
de su mano, por la vida,
tendré siempre compañía,
¡quien podría pedir más!

Fui cazando los fantasmas,
hasta me enfrenté a la parca,
y contraté un profesional,
con Bill Murray y su equipo,
me estoy dejando limpito,
aunque no es para alardear.

Cada jueves a las nueve,
nos juntamos con los nenes,
para salir a cazar,
ellos traen la aspiradora,
yo les pongo las neuronas,
que me quedan por limpiar.

Muchos gritos me han pegado,
ni uno solo me ha llegado,
como el que mi vieja da,
que está mal de la cabeza,
y a ella no le interesa,
siempre va con su verdad.

Aprovecho este texto,
pa' decirte que te quiero,
y que vos también le erras,
que en la vida hay mil caminos,
y una traza su destino,
aprendiendo a tropezar.

Sin rodillas lastimadas,
nadie arriesgaría nada,
si no hay nada pa' ganar,
si el humano es un idiota,
y tropieza con mil rocas,
vos no lo vas a cambiar.

Ya Piaget te lo explicaba,
va a cambiar pañal por tanga
cuando lo quiera cambiar,
cuando pidas una mano,
voy a estar siempre a tu lado,
no lo empieces ni a dudar.

Al final de tanta historia,
si me falla la memoria,
es por tanto que pasó,
si bien tengo los videos,
a las fotos te las debo,
el vivirlo es lo mejor.

He tomado muchos whiskys,
en las barras más hostiles,
donde no volví a pagar,
he usado mis contactos,
mi parecido a mi hermano,
pa' poderme emborrachar.

Las ventajas en la vida,
no son como deportivas,
mucha vergüenza me dan,
aunque las haya aplicado,
lo hice siempre en ciertos lados,
donde la bondad no está.

Tantos puchos me he fumado,
tanto dinero tirado,
que me empieza a molestar,
este vicio de pendejo,
que siempre digo "lo dejo",
cuando me voy a acostar.

He probado con los libros,
con los chicles y es lo mismo,
siempre lo vuelvo a agarrar,
me di cuenta que es un cuento,
eso de los tratamientos,
no hay como la voluntad.

Pocas horas de docencia,
que me dieron la experiencia,
de querer elegir bien,
son las clases más honestas,
las que se dan con paciencia,
y no con muestras de poder.

Los alumnos más atentos,
y los otros más funestos,
que me hicieron aprender,
hay que ser mejor persona,
para que al llegar la hora,
sepan lo que hay que hacer.

Volví a dormir la siesta,
escuchando las protestas,
que en mi barrio siempre hay,
cuando el clima permitía,
a joder siempre salían,
y si llueve nunca están.

El sistema educativo
se esta poniendo de vivo,
reclamando sin parar,
que el docente no se olvide,
que ocupar por lo que pide,
es dar mucha marcha atrás.

No es cuestión de merecerlo,
el reclamo es muy honesto,
pero así no va a salir,
demos vida en silencio,
como hace algún colegio,
y no pidamos por pedir.

Tantas horas, tantos días,
tanta gente sin salida,
que mi vista registró,
tantos tipos sin familia,
tantos niños que mendigan,
tanta agua en el colchón.

Mucha vida que se viene,
mucha vida que se estrene,
mucha vida que se fue,
que iluminen los faroles,
entonando rocanroles,
y se besen con placer.

Siento que haya sido largo,
esto fue como un anuario,
y muchos palos reventé,
pero si hasta acá has leído,
serás más que bienvenido
cuando vengas a beber.

En el ultimo sexteto,
no les digo, les prometo,
me tendrán un año más,
escribiendo mucha letra,
seduciendo pibas tiernas,
viviendo sin calcular.

De esquivar

Hay momentos,
a veces y solo algunas veces,
quizás durante un tiempo prolongado,
donde esquivar las balas es más sano,
que ponerle el pecho para detenerles,
aveces salir herido y ensangrentado,
es la única opción que barajamos,
pero créeme cuando te anuncio,
alguien ya me lo ha aconsejado,
no perderás el orgullo,
ni cobarde serás considerado,
cuidarás de tu integridad,
frente a tu sangre, frente a frente,
podrás pararte y detenerte,
mirar a quien va a disparar,
ver de lejos el brillante plomo,
y en el preciso instante,
en que solo hay un segundo,
o te mueves o se torna oscuro,
ahí cuando tu vida pasa de largo,
te sobrepones al hiriente orgullo,
escondes el pecho y te haces cargo.
Se que ya lo entiendes,
aveces, y solo algunas veces,
y quizás durante un rato largo,
¡Soporta y no te quedes!
que esquivar las balas es más humano.

En tiempos donde todos contra todos

Quedan pocos detalles en los que uno puede adentrarse si le toca hablar de la Segunda Guerra Mundial y los crímenes cometidos por el ejército Nazi contra los ciudadanos judíos del mundo. Si bien la mayoría de los judíos afectados provenían de diferentes partes de Europa, el mundo entero se vio conmocionado y conmovido ante la verificación de una verdad que ya se manejaba en el globo todo. Los Nazis estaban esclavizando judíos, vendiéndolos, torturándolos, y cuando dejaban de servir como mano de obra gratuita, les mataban y tiraban en un pozo al fondo del campo de concentración que luego incendiarían.

Pero hay un detalle que ha sido pasado un tanto por alto, del que personalmente no tenía tanta conciencia. Me imaginaba que algo de eso debía haber existido, pero de alguna forma cansado del tradicional bombardeo de información diciendo siempre lo mismo sobre la Segunda Guerra Mundial, lo dejé pasar. El que no lo dejó pasar y si lo convirtió en objeto de observación y destaque fue Fernando Ramos.
El arte, el arte que domina el mundo, y en este caso, el arte que apareció en los campos de concentración, ¡Vaya que detalle se nos pasaba por alto! .

Sorprendentemente, a lo largo y ancho de las atrocidades cometidas de humanos hacia humanos por ser considerados diferentes, lo que ha triunfado es el arte y el artista. Han existido dictadores, asesinos en masa, censuradores y la lista de calificativos podría seguir, pero ninguno, ni uno solo, ha logrado frenar el arte. El Arte es el sitio donde el que sufre se sabe refugiar, el lugar donde la imaginación se apodera de la realidad y la modela a gusto, vuela alto y de cuervos que se comen cuerpos envenenados por gas toxico saca palomas blancas volando por encima de los cercos alambrados de Varsovia hacia la libertad. Esa palabra que todos masticamos diariamente y que pocos de nosotros sabemos bien en donde se aplica. Esa palabra se vuelve realidad en el arte. Allí donde los límites existen o no, pero dependen de nosotros, allí donde la hoja de papel se convierte en una historia, en un reflejo de lo que sucede, dibujado con una rama carbonizada del último incendio de la última aldea que defendió la línea maginot. Allí donde el dormir y el soñar son los que nos defienden de la realidad, el arte nos devuelve el sentido para querer despertar.

Es ahí en el arte en donde encontramos que este artista se supo refugiar. Vio el hambre, la miseria, todo el trato de lesa humanidad que recibían de los nazis, y vio que no iba a conseguir nada perdiendo su vida por defender al miserable que a la noche le iría a robar el pan. Si, en los campos, muy pocos se ayudaban entre sí, debía existir una parentela de sangre para que alguien se ocupara de ti, o ibas a tener que ingeniártelas por ti mismo. De manera que ponerse a tiro de cualquier nazi por defender a alguien, carecía de sentido. Porque ese alguien quería eso, que te dieran un tiro para tener la oportunidad de cambiar sus gastadas botas por las tuyas, que estaban un poco menos gastadas, pero como dice el dicho “la basura de unos, el tesoro de otros”.

En ese agujero negro de cuasi humanos donde todos contra todos, donde poco importaba ser judío polaco o húngaro, donde en días de guerra los nazis te llevaban a culatazos y en días anteriores a la paz te trataban como un rey. Un artista era una gema del metal más precioso existente, pero vista como mugre ante los ojos del malhechor, y debía mantenerse sucia y mugrienta para que su arte continuara con vida. El malhechor era el nazi, como también lo era  el judío que comandaba en las barracas. El artista sucio de tanta realidad tiraba el lienzo blanco sobre su ángulo de visión y trazaba magia y color a la realidad. Y siempre tan sencillo convidó a los demás, les dio esperanza, les dio fe.

Por eso vivió el artista y su arte en momentos de oscuridad, porque cuando el hambre es el único alimento que existe y no sabemos de otros dioses  más que el humor del día del opresor, cuando la transpiración no es más salada y los pies ya son llagas de caminar por la nieve llevando pilares de madera para armar una vía de tren que traiga más personas al infierno que estás habitando, está el arte. Porque ahí en el infierno hay uno que cambia la realidad para todos, pintando con grises, cantándoles de gris y explicando que los grises también son colores. Y es por eso que el arte triunfa, por que alimenta el alma cansada,  por que llena la vida de colores. Porque en tiempos donde todos contra todos, en tiempos donde nadie escucha a nadie, hay uno o dos, que desde la sombra se dejan ver y saben que “esto no puede durar para siempre”, y que cuando termine, será su turno de brillar eternamente.

Porque hay miles de razones por las cuales nos podemos dejar morir, pero basta solo una para querer vivir. Esa, es el arte.

A esos artistas que brillaron, entendieron, perdonaron, vivieron y viven en paz.

A Fernando que es uno de esos.

Nacho Iglesias Fernández.

Este texto pertenece al libro "Testimonios Oscuros" del artista Uruguayo Fernando Ramos, oficia como Epílogo a la historia "Trazos de un Holocausto". Ha sido un honor a la vez que un placer, haber sido convocado para participar en dicha obra, y mi agradecimiento es tal, que decidí - autorización mediante de Fernando - compartir el texto con todos ustedes.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Sin una lagrima

30 años atrás, nos vestíamos tan mal,
metias mameluco, grasa, barba sin cortar, ¿no es verdad?
solías almorzar en tu hogar, un vino de cortar y a sestear,
querías más, codiciabas mucho más, ¿no es verdad?
solías reírte de quien peleaba por más,
y ahora tu sonrisa ya no sabe brillar,
ahora no vienes más a almorzar,
ordenas pompas gordas en el restaurant.

¿Cómo sentis?, ¿Cómo lo sentis?
carecer de paz, vivir para llorar,
sin una lagrima, sin saber llorar.

Saliste de un barrio trabajador, muy bien,
pero nunca quisiste vivir en el,
nunca una escuela pudiste halagar,
la calle gritabas que te iba a enseñar,
gritas el boliche es el gran lugar,
no ves lo que te duerme al despertar,
conduces sin cuidado por la ciudad,
impune ahora, gozas vinos de descorchar.

¿Cómo sentis?, ¿Cómo lo sentis?
Carecer de paz, vivir para tomar,
sin una lagrima, sin saber tomar.

No importa más, vienes y vas,
saludas y te perfumas por todo tu caminar, ¿no es verdad?
armando tu castillo sin usabilidad,
ordenas y refriegas lo poco que das, ¿no es verdad?
apagas otras almas para sentirte más,
dominas cuando brindas pura oscuridad,
robas alegría de quien antes reías,
profesas una vida llena de hipocresías,

¿Cómo sentis? ¿Cómo podes sentir?
Brindando oscuridad, queriendo dominar,
sin una lagrima, sin saber llorar.

En tu despertar despotricas,
con ojos bien hinchados reniegas,
tanto que querías ya estas en el sistema,
que juega con los codos y cambia sin reglas,
ahora ya no gritas tan fuerte al final,
ahora cada tanto te gustaría escapar,
que lastima, es tan tarde para poder zafar,
que pena que olvidaste el tiempo de disfrutar.

¿Cómo sentis?, ¿Cómo te sentis?
Carecer de paz, vivir para llorar,
sin una lagrima, sin saber llorar.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Cómo?

Erase una vez un pibe barrial,
todos saludaban, querían saludar,
soñaba con ser alguien,
con ser alguien más,
alguien más que todos,
que todos los demás,
ahora en el lodo,
los mira luchar,
pasa indiferente,
y lo quieren buscar,
pero ahora es distinto,
no se quiere rebajar,
le fallan los recuerdos,
le falla a algunos más,
pensando que tocarlos,
lo puede contagiar,
y hay ojos bien redondos,
que siguen su andar,
imitan sus boliches,
costumbres y además,
adoran imitar.
El sigue indiferente,
no sabe expresar,
ni vive el presente,
cuidando el más allá.

Pero hay algunas cosas
que empiezan a cambiar,
hoy los ojos redondos,
no recuerdan respetar,
lo han perdido todo,
no tienen nada más,
le ponen firme el codo,
y la integridad.
Aquel pibe de barrio
devenido en señor,
vistiendo buzos caros,
que olvidan el calor,
se siente trastornado,
no encuentra su sector,
protege con descaro,
y falta de humildad,
las cosas que ha ganado,
y que no quiere prestar,
actuando en represiones,
jugando al mandamás,
va perdiéndose emociones,
sin aprender a llorar,
se olvida de la vida,
solo piensa en no dejar,
se va quedando solo,
cada día más.

¿cómo estas para respirar,
Sin nadie que te quiera de verdad?
¿Como te ves para mirar,
con todos esos muros que levantas?
¿ya no tienes ganas de gritar,
ahora que la injusticia es tu especial?
¿ya no quieres caminar,
con lo lindo que era una mano dar?
¿Ahí morirás,
otra navidad sin reflexionar?.

martes, 19 de noviembre de 2013

Irremediable

Se muy bien que soy astuto,
que me escapo sin sonar,
que en el marco de las puertas,
acostumbro a descansar.

Se muy bien, te estoy debiendo,
más que una explicación,
por lo dulce de tus besos,
te escribí esta canción.

Si pudiera girar la puta rueda y volver atrás,
no estaría tan inmenso al recordar tu andar,
pero sabes que este juego de solteros no es verdad,
cuando crees que lo dominas, te comienzas a engañar.

No te importa más la pinta,
no me importa tu vestir,
hay motivos que me ciegan,
también te lo hacen a ti.

Al final, nuestras palabras,
son el arma del mentir,
quedan designificadas,
cuando empiezas a sentir.

Si supiera cual es el secreto para escapar,
si me hubieras escuchado, no quería lastimar,
no estaríamos quemando todas las cartas de amor,
de este amor que nos sucede y no se nos puede dar.

Mil perdones por tus besos,
mil recuerdos cargaré,
a tus ojos quiero secos,
a mis ojos, ya veré.

Este tiempo incinerado,
el corazón me enfrió,
vuelvo al juego solitario,
de extrañarte con razón.

Esto ha sido culpa nuestra y de nadie más,
sabes bien, que nuestras pieles sabían brillar,
si el final se anuncia absurdo, esta noche, esta bien,
marcharé despacio irremediable, tu quédate con el.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Domingos absurdos

Aparejan mis hilos de pescador,
estas sensaciones tan profundas,
como un ave que vuela al sol,
como un ciervo que carga enjundia,
perdiéndome en mis pensamientos,
hundiéndome en mares de mal,
oscuro y pensando algo siniestro,
me saco las ganas de nadar,
entre los cuerpos más bonitos,
las piernas más tersas y suaves,
las pieles más aromáticas,
las bocas más románticas,
las tuve y las seguiré teniendo,
a ellas todas y en su cama,
a ella toda integra en mis brazos,
haciendo una sola cosa viva,
fundiendonos en el amanecer del verano,
en la tarde en que nos encontramos,
la que nunca dejamos de hacer el amor,
la misma tarde en que nos dejamos.
Por cobarde voy tan sobrio,
con las dudas que me aprietan,
con las gentes que aconsejan,
como si importaran sus palabras,
las escucho y me les escapo,
a correr de nuevo a sus brazos,
a perderme entre sus tacos,
a volverme solitario y pensando,
que otra vuelta ha llegado,
en que te pega y te deja grogui,
por querer hacerme el malo,
terminé solo jugando,
escribiendo sin sentidos,
cosas un poco crípticas,
a ver si las entiendes,
escupiendo mis mentiras,
las que le hago a mi alma misma,
las que no se come ni parrado,
y las que siempre he enterrado.
De los muertos del placard,
van quedando ya muy pocos,
y pensar que cuando había más,
ni jodían entre todos,
pero ahora que hay muy pocos,
esos ruidos son agudos,
y me atormentan los domingos,
cuando se que se pone oscuro,
comienza la semana,
y no se bien si estaré bien,
si mañana se quema roma,
si el agua me cubrirá hasta la boca,
o podré nadar paciente,
pero como dicen los buenos amigos,
que esté todo como tenga que estar,
que si bien debe estar, lo esté la casa,
y si no, que reviente como garrafa.

Un graffiti

Frente a mi trabajo,
hay un graffiti con tu nombre,
cada mañana que llego temprano,
lo leo y pienso que algo esconde,
pienso en vos y tu locura,
tan intensa en las salidas,
tan exquisita para entrar,
tan difícil de no admirar.
El graffiti que yo leo,
tiene tu nombre completo,
bien escrito, como con fuego,
y me tiene algo inquieto,
por que ahora son las dudas,
las ganas de ir a mas,
las que avanzan con soltura,
sobre esta forma de andar,
y me pides entre lineas,
que me deje de aventuras,
que me ponga bien las pilas,
que pierda la compostura,
pero no lo puedo hacer,
para serte bien sincero,
no se trata de poder,
se trata de ver si quiero.
Hoy por hoy voy en un barco,
que agujereado sigue a flote,
con un balde el agua saco,
también saco los reproches,
y vos, no tenés ni idea,
lo que pasa por mis venas,
cuando ríes y me besas
y se me inflan las velas,
pero soy un complicado,
con berretines de poeta,
juego mucho al superado,
y por adentro todo tiembla.
Ni me dejes sin tus besos,
ni me pidas que entre al juego,
que sigan golpeando el techo,
vos sabes que ya te quiero.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Es Hoy

A final de la noche,
cansado del griterío tradicional,
de escribir por escribir sin más,
en versos que riman mucho
de noches que dicen poco,
de no cantar y esperar ganar,
de bancar bien estoico saludando,
del momento en que todos ríen,
bien subidos al teatro,
y uno sigue caminando,
con una mueca en la boca,
viendo de reojo al policía,
mirando de frente al criminal,
escupiendo en el suelo al corrupto,
enseñando a compartir al socialeta,
al señor que en el sillón acomodó las partes,
ese que en lo oscuro mira sigiloso,
pensando que te puede conquistar,
con técnicas baratas y truchas,
con sustos bien de alzheimer,
que antes de gritar te tocan,
y siguen creyendo ganar,
sin sentir el griterío,
de ahora que les toca a estos,
de estos que lo quieren ya mismo,
de mi que me cansé de bobear,
de esos versos tan baratos,
que no dicen más que gracias,
y avisa a todos y todas,
que se le ha roto la punta,
y no afinará la pluma,
para forzar una letra,
por que vive bien adentro,
como pasión bien pura,
y en las noches que saluda,
los saluda sin más que esta,
dice una rima del montón,
y donde manda el corazón,
la actitud es más honesta.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Tangaco Indigno

Nunca me canso de tirar le tiempo,
parece que disfrutara,
cada minuto que se ahoga mintiendo,
con cada hora con nada,
para pasar raya y caer en la cuenta,
que estuve en vano conociéndola,
invirtiendo las pocas horas escuetas,
para quedar vacío de primaveras.
Y eso que ando perfumado y prolijo,
no como algunos que son indignos,
en deportes soy de jugar fuerte y limpio,
si no es deporte, aveces parezco un niño.

No hay caso,
me quedo con los retazos,
de charlas envenenadas,
con mis manos ensangrentadas
y con el corazón al plato.
Algún día,
cuando te sientas tranquila,
y no sea tan insistente,
tendras ganas de verme
y descubrir que me he salvado.
Mientras tanto,
me quedo como macho,
apretándome las muelas,
por mucho que me duela,
no has querido volar alto.
Hoy rescato,
leyendo que sos injusta,
son admirables las putas,
veo que aman por un rato,
y vos no sos un buen tangaco.


martes, 12 de noviembre de 2013

Misteriosa

Hace un rato te converso,
me respondes algo misteriosa,
desconfiada lees mis cuentos,
y sigo aunque me descosas.
No conozco tu perfume,
si es terciopelo tu piel,
ignoro el largo de tu pelo
y si tus labios saben a miel.
Pero un rato he conversado,
y en tus letras descubrí,
que por algo me has hablado,
quizás también quieras descubrir,
el olor que me desprende,
mi piel áspera y seca,
el pelo enredado y la barba,
mis labios sabor nada.
Aunque esté jugando sucio,
desprestigiando mi lucir,
dime si no es astuto,
intrigarte y hacerte venir.
Y si no fuese suficiente,
algo más voy a inventar,
como escribirte un poema,
con eso debería alcanzar.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Marcha

Como hombre va marchando,
por la tierra dejando un surco,
lleva tantos sentidos como va encontrando,
lleva consigo la experiencia del rumbo.
Y marcha cuando no tiene ganas,
marcha cuando tampoco tiene nada,
buscando llenarse de vida el alma,
quemando a gritos algunas llagas,
marcha en silencio y mira el cielo,
con bronca por el pasado herido,
con salud por el pasado aprendido,
con vida sin saber cuando termina.
Marcha desde que abre los ojos,
y esa duda que le carcome el mate,
la lleva consigo y con sus despojos,
banca vivo y aunque suene a alarde,
por que bien sabe que el final se acerca,
sabe que compró butacas de primera,
desde que abre los ojos va en carrera,
por eso marcha esquivando verla,
y aprende y vuelve a tropezar,
¡pero que estúpido animal!
más estúpido es el que se cree más,
el hombre ruge y sin saber gritar,
el hombre marcha sin mirar atrás.
Y se quema en su planeta,
lo llena de vida y le enseña a marchar,
se asegura que otro venga,
que aprendan lo que quiera enseñar.
Pero sobre todo lleva,
una duda que le carcome el mate,
que se duerme y no sabe como hace,
y banca vivo y hace de eso alarde,
es lo único que tiene al final del trance,
además de las butacas en primera fila,
cuando vea esa oscuridad con luz divina,
cuando sepa que el final tocó su vida,
cuando sienta que ya no puede marchar,
marchará hacia otro lugar sin saludar,
marchará por los suyos y por el,
para dejarle lugar al que viene detrás
pasando la posta con el fuego sagrado,
para vivir cantando en otro lado,
para marchar sin preguntarse más,
por que sabe que en la duda,
nos volveremos a encontrar.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Incontable

Hoy temprano,
despertabas a los gritos,
consternada y aturdiendo,
era un hombre y viste a un niño,
pretendías que siguiera tus mandatos,
que callara en un mar de desbordes,
firme la respuesta te encrespó,
que las sabanas volaron y la ira te atrapó.

Te pensabas que el silencio adueñarías,
con dos o tres puteadas caprichosa,
proyectabas en mi, tu miseria celosa,
y para colmo de males, conmigo competías,
para una competencia o una discusión,
se precisa más de uno, al menos dos,
y este día que el sol ausente saludaba,
gritabas y puteabas sola y temerosa.

Son tus bienes materiales tus trofeos,
pero tu boca llenas de socialismo barato,
tan barato que el compartir te da miedo,
y pretendes que me crea ese teatro,
no hay fracaso mas rotundo que el tuyo,
parafraseando la mentira del mundo,
esquivándole al amor entre los yuyos,
bancando commodities sin sentir profundo.

Lo lamento si mis frases te asesoran,
me revienta que te juegues de maestra,
cuando sabes que conozco bien tu historia,
y la mia no la sabes, por que recién comienza.
¿Que si algo he conseguido en mi andar?
¿Que si contigo me tengo que comparar?
Lo que he conseguido no lo puedes contabilizar,
no hay medida suficiente que puedas utilizar,
y eso de andar midiendo los trofeos,
lo puedes hacer con alguien de tu edad,
los años que te han caído tan arteros,
a este borracho sensiblero no consiguen asustar.

Acumulo corazones destrozados sin retorno,
estoqueo apilados teléfonos en papel y tinta,
tengo cestas forradas con noches de porno,
sabanas transpiradas y camas destendidas,
guardo aromas que me erizan al olerlos,
voy enfermo y vivo en crisis por la vida,
enfermo de aventuras e hidalguía,
en crisis para encontrarme las salidas,
y sobre todo cargo siempre con la idea,
que preciso cinco o seis pa' cuando muera,
que me levanten en el traje de madera,
me prendan fuego y me aplaudan,
por que viví, a mi manera.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Códigos

Se bajó del ómnibus después de dos horas de viaje a unos trescientos metros de su casa, caminó por la avenida cargando y acomodando su portafolio en su hombro, acababa de terminar de llover, el clima estaba húmedo y algo de viento refrescaba el ambiente, la calle aun mojada, reflejaba las amarillentas farolas que alumbraban la avenida en constante movimiento de vehículos y personas.

Abrió el cierre del bolsillo exterior del portafolio y buscó su caja de cigarrillos, la encontró aplastada por la gran cantidad de cosas desordenadas que llevaba dentro y las dos horas de viaje apretándose contra el piso del ómnibus, debajo de su asiento. Venía con unas inmensas ganas de fumar, y a pesar de que estaba cerca de su casa quería a toda costa encender ese cigarrillo. Aprovechó para sacar también sus llaves, las tiró dentro del bolsillo de su campera y en un mismo movimiento golpeó la caja de cigarrillos contra la mano que ahora quedaba libre, sacó uno y lo puso en su boca. Buscó un encendedor por todos los sitios posibles, sin éxito. Maldijo en voz alta y miró el suelo frustrado mientras llegaba a la esquina y aguardaba para cruzar, <<no es más que esperar a llegar a casa y ahí lo prendo>> pensó.

Levantó su mirada y vio a una hermosa mujer con un cigarro encendido en la vereda de enfrente, la luz del semáforo aún estaba roja y siguió el camino de la muchacha con sus ojos, doblaba por la esquina hacia la bahía, y él tomaría el mismo camino, su casa estaba a cincuenta metros de la esquina también hacia el lado de la bahía, sonrió y pensó <<cruzo y le pido fuego, y si tiene onda…>> cambió sus pensamientos para cruzar la calle y en esos pocos segundos descubrir que decirle luego de pedirle fuego, aceleró el paso y llegó justo para cruzarse en su camino, con el cigarro en la boca le pidió fuego y ella pareció no escucharlo.
Se quedó parado un segundo sintiéndose torpe, <<hablé muy bajo, y encima miraba para otro lado>> pensó justificando la rudeza de la muchacha. Retomó su misión y levantando un poco más el volumen de su voz le dijo 

- Disculpas, ¿me das fuego?.

La respuesta fue la misma, la muchacha parecía indiferente al pedido, miró desde atrás si ella llevaba auriculares, pensando que por esa razón no le escuchaba. No vio nada extraño, sus orejas estaban libres de artefactos, entonces aceleró el paso y le gritó con cierto tono de molestia en su voz, 

- ¡¿tenés fuego?!. 

Nada.

Dio dos pasos largos y le tocó el hombro, la muchacha lo miró asustada, él se dio cuenta de la cara de susto, sonrió y le habló lo más dulce que pudo, aún con el cigarrillo en la boca.

- Te vengo hablando desde la esquina y no me escuchas, solo quería pedirte fuego, tranquila por favor, vivo en esa casa – mientras levantaba el brazo y la señalaba con su dedo índice, cerrando la frase con un - no voy a hacerte nada.

La muchacha sonrió y le hizo señas para que se quitara el cigarrillo de la boca, extrañado, levantó su ceja e hizo caso, la chica, también con su dedo índice generando un remolino a la altura de su boca quiso decirle algo, y el comprendió que debía repetir lo que recién había dicho, con cierto tono de impaciencia repitió

- Que te vengo hablando desde la esquina y no me das pelota, solo quería fuego, vivo en esa casa – volvió a señalarla - no voy a hacerte nada.

Ella, tomó una lapicera de su cartera, escribió en un papel que sacó de su bolsillo, y se lo entregó, a la vez que hacía señas con sus manos, él no necesitó leer <<No te escuché, soy sorda. Perdón!>>, para darse cuenta que efectivamente, era sorda, y concurría al club de sordomudos que estaba a cincuenta metros de su casa, también hacia el lado de la bahía.
Se miraron y rieron, no necesitaron hablarse para entenderse, no necesitaron escucharse para gustarse. Ella le dio otro papel, y él sonrió al leerlo, marcó en su celular el número y cuando el de ella vibró, volvió a reír y le dijo

 - Ahora también tienes mi número.

Caminaron los siguientes treinta metros en absoluto silencio, al llegar a la puerta de su casa, él le hizo señas para que aguardara unos instantes, ella le indicó que estaba apurada tocando con su dedo índice, la zona donde iría un reloj pulsera en su muñeca. Él pensó rápidamente, y en lugar de entrar a dejar su portafolio, le ofreció compañía al menos por otros cincuenta metros, ella aceptó gustosa. 
Caminaron los siguientes cincuenta metros en absoluto silencio, pero esta vez, ella antes de llegar se detuvo, se paró delante de él y le acarició la mejilla, volvió a escribir un papel y se lo dio. Antes de leerlo él le volvió a hablar

- Me haces cosquillas y me gustan, ¿quieres acompañarme al teatro?

Ella rió y con el dedo índice le señaló el papel , <<Nunca me había pasado esto, me gustaría salir contigo, pero debería ser algún sitio donde yo también pudiese disfrutar, así que nada de cine o discotecas, a propósito, me llamo Sofía>>. Volvió a reír, esta vez preso de la vergüenza, le había propuesto a una sorda, ir al teatro, y no había dicho su nombre. La miró a los ojos y comenzó a hablar, vio como los ojos de ella se desviaban hasta sus labios, y como los labios de ella, repetían en mímica, las palabras que él decía. 

- Perdón, es que tampoco me pasó nunca esto, vamos a donde quieras, me gustaría conocerte más, me llamo Nicolás.

Le tomó la mano y caminó hacia atrás, mirándole la cara y sonriendo, mientras a la vez, le iba soltando su mano, cosas que hacen las personas cuando se gustan, cuando comienzan a sentir esas vibraciones recorrerle el cuerpo, levantó la mano, le saludó tirándole un beso y se dio media vuelta para entrar en la Asociación de Sordomudos del Uruguay.

Él se dio también vuelta y volvió caminando a su casa, cantando.

martes, 5 de noviembre de 2013

Todos entienden

Lo lamento señorita,
si en su lengua ahorran tinta,
en la mia nos morimos,
por llenar espacios fríos,
disculpe a este ignorante,
que le escupe en su lenguaje,
y el desierto de su boca,
ha osado humedecer,
no es tan de valiente,
es cosa de mi gente,
ir mas bravos que las bravas,
agrandarse en otras chacras,
y asustar con ser decente,
dejando de ser coherente,
así que escuche atenta,
aunque no me entienda,
que mi lengua no es cultura,
pero sabe a esta altura,
si en mi idioma es de madera,
un buen beso rompe barreras.

domingo, 27 de octubre de 2013

Egoismo

Eres tan llena de luz por momentos,
que sorprende que portes agujeros negros,
donde a todos absorbes tratando de perros,
con tus oligarcas y baratos lamentos.
Pero que este fascinante señor,
que tantas sorpresas gratas te ha dado,
hoy entre sangre, gotas y llanto cansado,
te declara la guerra a puro amor.
Para que veas que la opresión,
no solo ha de volverte tan opaca,
tu libertad la vuelve más pacata,
y solo te salva la revolución.
Y esa remera que usas,
con la foto del Ché Guevara en stencil,
y esos posters con la pelada de Lenin,
ignora tus pobres musas.
Que todo mide por el brillo,
olvidándose de aquello que es esencial,
que se esconde a su pobre versión oficial,
cuando pasa su cepillo.
Pero allí está el tan elegante,
que los miedos te han de saludar,
chupando barriles te hace sudar,
dejándote oprimida y distante.
No cambias más la paz,
le llamas a esta mentira vida,
le llamas aunque estés sentida,
y sonriendo triste estás.
Individuales por manteles tiendes,
corres a satisfacer sus necesidades,
cuando todos vemos son necedades,
te guardas aunque comprendes.
Ve a buscarte otro istmo,
que cansado de tanto batallar,
que salude antes de saltar,
que no es mi estilo el egoísmo.

viernes, 25 de octubre de 2013

Mentira

Te dejas y es que así estás entrenada,
ofreces puestos de principes azules,
pides curriculums con amor a la carta,
y tomas al que venga, aunque no fumes.

Te gusta la mentira, aunque esté gastada,
aunque digas te quiero y te deseo,
y el silencio sea la respuesta esperada,
imaginas su vida con tus celos.

 Te gusta la mentira,
aunque sea sucia,
aunque esté vencida,
por que te endulza.

Te gusta la mentira,
aunque sea dura,
aunque esté podrida,
por que es astuta.

 Y no preguntes de quien son esos cabellos,
que si caigo aquí sin ellos es por truán,
porque te maquillas y te pones reflejos,
pero mis mentiras te derriten de verdad.

 Si he de emborrachar mis penas,
y entre vasos frases se me escapan,
aprende a cerrar bien las piernas,
cuando dócil mis palabras te atrapan.

No me gusta la mentira,
pero pides sinceridad,
y si opino de tu vida,
no querrás mi verdad.

 No me gusta la mentira,
pero no tengo otra opción
cuando pueda ser sincero,
te rompere el corazón.

martes, 22 de octubre de 2013

Ciegos

El día resplandece,
las personas comienzan,
el olor a goma quema,
y en el alma, anochecen,
las carreras que enferman.

Muchos gustos y surtidos,
sobran puestos para vivir,
durante medio día mecanizan,
aquejan de estar curtidos,
entre carpetas sin sentir.

Es que ha sido sin saber,
al grillete han abrochado,
la cadena en su cuello atan,
solo por querer tener,
mil sueños han abandonado.

Tan pendientes como fallutos,
antes de preguntar direcciones,
compran aparatos de mapas y voces,
reprochando a negros y putos,
matan tiempo, matando emociones.

Tanto baile sin los ritmos,
y tampoco han de cantar,
confunden alegría y colores,
"los juegos, son para niños,
creo empresas para amar".

Tropezando vanidades,
"que collar más lindo llevas"
susurran medias mentiras turbias,
te miden en cantidades,
y te envidian si aun juegas.

Pero no todo es en vano,
al cabo y sobre el final,
un pinchazo a su realidad,
y acabar su trago amargo,
les hará por fin despertar.

Solo espero no sea tarde,
por su alma tan gastada,
que por los techos quiso volar,
hicieron de ello alarde,
y la dejaron bien atada,

Si despiertas de esa noche,
y aun tienes algo en vilo,
rompe cadenas y transpira,
te le enfrentas como hombre,
incendias al mundo mezquino.

Que al final todo es farsa y picadillo,
un traje de madera nos espera,
te guste o no, la hora a todos nos llega,
y antes de ver un cajón con bolsillos,
preferirás arder en la hoguera.

domingo, 20 de octubre de 2013

Vuelta a verla

Dos gorriones equilibristas,
posaban en los pestillos de mi puerta,
suerte que tienen aquellos que vuelan,
que escapan de las revistas,
que se curan con el alma abierta.

Ayer el sol bañaba la vida,
en el ómnibus salí por un apuro,
y nomás a dos paradas la vi sentada,
disimula un gesto y mira,
de gafas negras jugué de duro.

Mientras se detenía,
ya de lejos venía relojeando,
“no me digas que es ella hermano”
como mirando si me mentía,
el destino, venía tentando.

Cómo confundirla,
a la musa responsable de mis rimas,
de las mejores basuras que he escrito,
obseso fui a pudrirla,
y ansioso caí en sus espinas.

Golpeé la ventana
Los gorriones volaron sorprendidos,
¿Quién es el pesado que no nos deja?
Avisaban en caravana,
era momento de escribir con mis sentidos.

Y ese día recodaba triste,
por recibir sus cartas tan distantes,
acabé por analizar cada una de sus palabras,
me escribía “ya fuiste”,
y gritaba que se ahogaba en otras frases.

Pero yo no le perdono,
porque ansioso y obsesivo escribo,
son esos daños colaterales que deja el amor,
amor que hoy es dolo,
que entre estas letras aun percibo.

Así que se quedan vacíos,
los cupones por invitaciones al café,
los cheques en blanco para que completes,
con ojos nunca míos,
con finales de lo que nunca fue.

¿Entre las cenizas,
después del fuego quedaron brasas?,
con este clima que se ha ordenado gris,
con esta puta llovizna,
además de apagar, me desgarras.

¿Por qué ir a disculparme?
Si nunca has entendido nada de esto,
tan literal me has leído me temo confieso,
deberías halagarme,
y no ser quien vacíe el cesto.

Todo lo que te halagaba,
un día convertiste en todo lo nocivo,
y tus dedos me tecleaban que me detuviera,
es que ahora pensaba,
te quejas que he sido un obsesivo.

Había sido fácil,
ocultarme entre todas mis tareas,
reclamarme más dispuesto a trabajar,
responder bien ágil,
responder con frases hechas.

Preocuparme,
de aquello que me daba un minuto,
de las personas que me querían a su lado,
era solo ocultarme,
las cosas que sentía por tu mundo.

Y fue sencillo,
hasta que esa tarde de sol y vida,
volvía a verte y vi que me miraste,
dos veces estimo,
tres veces y me quedé sin salida.

Pido me disculpes,
si mis frases fueron hierros calientes,
si he abierto viejas heridas aún en cura,
pido me disculpes,
y algún día, me susurres lo que sientes.

Esto es simple querida,
tu belleza me ha cegado y fue peor,
aunque tema estar de nuevo equivocando,
nada de eso fue mentira,
y si no lo entiendes, no conoces al amor.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Coordinemos

Hay cosas que me obligan a ocultarme,
a mostrar quien soy en algunas lineas,
zafando de la mirada ajena infame,
que juzga sin saber de lagrimas de tinta.

Cosas como eso de sentirme preso de ella,
y saber de lo prohibitivo que se vuelve,
saber también que juega mi cabeza,
y cada palabra dimensiona como quiere.

Pero me conozco los ademanes y los gustos,
me seduce una lucha hecha en desventaja,
y aunque con ella comience con lo justo,
haré de las mias para quebrar la racha.

Es que hay pocas sensaciones como ésta,
de sentirse seguro que va a pasarse bien,
de saber que por algo su perro duerme siesta,
y ella aprovecha para pasear sin el.

Esta bien que me divierta mientras llega,
y no se si ella es la que ansío tanto,
y como se que me desnuda si me piensa,
yo imagino que algún beso le saco.

Que se venga con las tardes calurosas
que florezca el barrio con placer,
coordinemos nuestra agenda tan deseosa,
rompamonos la boca de una vez.

martes, 15 de octubre de 2013

Y ahora

Te quise,
como al carnaval la murga,
como al tamboril el negro,
como al pecador el cura,
la duda a la pregunta,
las lagrimas a los ojos
el fuego vivo al rojo,
y ahora,
fuera de concurso,
una murga muda,
una lonja bien fría,
un ateo en capilla,
una respuesta,
ojos que duermen,
el gas enciende,
y ya no te quiero.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Los libros de Hector

Un nuevo día comenzaba, Hector cerró las puertas de su casa y caminó tranquilamente por la arbolada cuadra donde hacía al menos treinta años que vivía, conocía cada rincón de esa cuadra como cada línea de la palma de su mano, y en horarios de primavera, disfrutaba de la sombra que brindaba el arco generado en lo alto del centro de la calle, por las copas de los árboles. Miraba al cielo tupido de hojas y se dejaba reflejar en sus lentes de marco grueso, los pocos rayos de luz que atravesaban por algunos huecos que las hojas dejaban.

Transitó sin sobresaltos por las diez cuadras de su adorado barrio, saludó vecinos en cada cuadra, algunos salían a pasear a sus perros, otros salían para su rutina deportiva de cada mañana, otras <<viejas del barrio>> como solía llamarlas Hector, baldeaban la vereda y sacudían alfombras golpeandolas con vehemencia contra los árboles

<<La mañana invita a disfrutar del día que se anuncia, soleado y con alta probabilidad de sonrisas.>> pensó mientras sacaba el gran manojo de llaves, destrancó el candado y levantó la cortina metálica enrollante que protegía su comercio de los <<amigos de lo ajeno>>.

Cada mañana que abría, entraba en su negocio, encendía las luces de los estantes, y dejaba su comercio pronto para que ingresara el primer cliente. Volvió a salir para sacar el cartel que tanto lo caracterizaba, escribió la frase del día y se paró frente al comercio, lo admiró con emoción, aquella librería le había llenado el alma y la vida, de historias ficticias y reales, de cuentos de amor y de amigos. Allí conoció a quien había sido su mujer, allí sus hijos comenzaron a entender la palabra “trabajo”, el dinero y el orden. “Los libros de Hector” era el comercio de toda su vida, era toda su vida, y más que preocuparse por hacer dinero, se preocupaba porque el sitio fuera uno de esos donde al cliente se lo considera un amigo.

Los clientes podían entrar, mirar cuantos libros quisieran, tomarse una pequeña taza de café y leer el libro recién comprado en un pequeño rincón de lectura que estuvo desde siempre, sin apuro alguno. Quien no tuviera el monto total del valor del libro, podía pagarlo en dos cuotas si era presentado por un cliente de la librería. Si tenían niños, podían dejarlos en el otro rincón de lectura infantil, donde había puesto hojas en blanco y muchos crayones, y ahora, eran observados por las novedosas cámaras de seguridad conectadas a una pequeña televisión sobre el mostrador donde estaba la caja. La televisión estaba de frente al público, de forma que los responsables de los menores pudieran tener una vista clara de lo que sucedía en aquel rincón.

En “Los libros de Hector” el cliente era realmente tratado como un amigo. Pero como en toda relación de amistad, se le exigían determinadas tonterías. Sus manos limpias al tocar los libros, y para ello había dispuesto alcohol en gel en cada cabecera de góndola, y no doblar las puntas de las hojas, para ello cada libro contaba con un marcapáginas. Encima de cada cabecera estaba el cartel donde indicaba las únicas dos reglas que Héctor pedía a cambio del trato servicial que brindaba.

Esa mañana, como todas las mañanas, luego de abrir el local, tomarse el café y limpiar el mostrador, tomó los libros del canasto de las ofertas, algunos tenían más de un año allí, sin que nadie siquiera los moviera del fondo. Comenzaba a hacer el inventario según lo que tenía anotado del día anterior, y hasta pensó en quitar algunos y ponerlos en el canasto de libros para intercambiar.

Entonces cuando pasaba la franela naranja sobre la tapa dura de “Hamlet” lo vió, tomó el libro y miró el lomo del lado de las hojas y distinguió al instante lo que tanto temía.
Cada diez o doce páginas, las puntas del libro estaban dobladas. Chasqueó la lengua y tomó aire, su rostro se entristeció, las arrugas de sus ojos se cansaron y cayeron al igual que la comisura de sus labios, como si ver las hojas de “Hamlet” dobladas le significara lo mismo que sufrir por amor. De hecho, Héctor sufría de la misma manera que un hombre sufre por una mujer, pero por los libros.

Instintivamente pasó las páginas dobladas y las desdobló, revisó todos los libros del canasto y no volvió a encontrar hojas con las puntas dobladas, hizo el inventario un poco triste, pensó en quien había sido aquel que hubiese dejado a Hamlet con las puntas dobladas, se contentó con la idea de que podría ser un cliente de una sola vez.

Sobre las once de la mañana llegó Juliana, empleada a la que Hector había contratado hacía algunos años atrás cuando aún ella era una adolescente, la joven estudiante de literatura se devoraba los libros entre cliente y cliente, pero respetaba las reglas, por lo que Hector omitió tratarla de sospechosa y simplemente le comentó el hecho al pasar, <<Nena, sabés que el libro Hamlet de los del canasto, apareció con las puntas de las hojas dobladas, y encima cada diez o doce páginas, ¿vos viste a alguien?>>
Juliana tomó un papel y le escribió <<No hubo nadie que yo recuerde haya revisado el canasto de esos libros en la última semana, no te preocupes Hector, quizás haya pasado hace mucho.>>

Hector hizo una seña de desaprobación con su mano mientras seguía el gesto con un <<bah!>>, sabía que había sucedido el día anterior, porque cada día al inicio de la jornada, se ponía a controlar que los libros estuviesen en buen estado, en especial los de oferta.

Miró a Juliana a los ojos y ella leyó en sus labios <<Por favor, mientras yo reviso cada libro que no esté de puntas dobladas, tu estate atenta de cada cliente>>.
Asintió con una sonrisa y se ubicó delante del mostrador esperando a los clientes, mientras extrañada miraba a Héctor que con nerviosismo revisaba aceleradamente cada libro, se acercó a los libros en oferta y eligió Hamlet para leer. Se sintió sorprendida por haber leído de todo un poco en su corta vida, pero nunca había reparado en Shakespeare.

Abrió Hamlet y comenzó a leerlo, en la hoja 20 se detuvo, ubicó un marcapáginas y cerró el libro para atender al primer cliente que ingresaba en el día. Eran las dos de la tarde y aún no había almorzado, pero pensó que atender al cliente antes que a su necesidad, era parte de lo que Hector le había inculcado en el trato a las personas.

Era un hombre de metro setenta, calvo y de avanzada edad, las arrugas de su cara denotaba algunos años más que los de Héctor, el hombre de gabardina negra se quedó parado en el medio de la librería, cuando Juliana se le acercó y con una sonrisa le indicó que estaba allí para atenderle. El hombre le habló aceleradamente, de todas maneras pudo entender lo que sus labios decían. Buscaba a Héctor y decía conocerlo de años atrás.

Héctor se acercó por detrás de una de las estanterías, Juliana vió que la cara de su jefe dejaba la preocupación y se adentraba en el terreno de la desesperanza, pudo leer <<¿Qué hacés vos acá?>>, los párpados del cliente se abrieron redondos y una mueca siniestra se dibujó en su boca enseguida que escuchó la voz de Héctor, se giró sobre sus pies y se puso a conversar con su jefe. El cliente hacía ademanes y Héctor comenzaba a llorar solicitando con las palmas de las manos en rezo, <<más tiempo, por favor, más tiempo>>.

Juliana supuso que su jefe estaría debiendo algún dinero y esta persona venía a cobrar, como su sordera solo le permitía sentir las vibraciones más bajas de la voz, se ayudaba por la lectura de los labios. En este caso solamente podía leer los labios de su jefe, quien además tenía una voz bastante aguda debido a la edad. El cliente parecía tener el mismo tono de voz y al estar dándole la espalda a Juliana, ocultaba todo lo que le comunicaba a Hector.

Luego de ver que su jefe caía de rodillas sobre la moquette de la librería, Juliana que hasta entonces había mantenido un rostro de pasividad e indiferencia, dejó caer el libro de Hamlet en el canasto, las hojas se terminaron de doblar desparejas, sin ningún otro propósito más que el de ser otro libro accidentado, se acercó a los dos hombres y tomó al cliente del brazo para increparle juntando las llemas de los dedos como un pico y sacando un sonido estomacal de impotencia. Rápidamente escribió en su libreta <<¿Qué está pasando?>>.
El cliente de ojos negros y brillantes respondió. <<Hector sabe que no tiene más tiempo>>.
Juliana aún sin comprender la situación volvió a arrancar una hoja de su libreta con más dudas <<¿Más tiempo para que? ¿debe dinero?>>.

El sombrío caballero miró a Héctor llorando en el suelo, sacudió la cabeza desaprobando la escena, tomó de los hombros con suavidad a Juliana y le habló:
<<Las hojas dobladas de Hamlet no son una casualidad señorita, la regla de no ensuciar los libros y no doblar las hojas tampoco. Hector sabe que a mi me gusta ensuciar y doblar las cosas, ya hemos tenido un encuentro bastante más cercano que lo que muchos pueden llegar a contar. El sabía, el día que viese hojas dobladas en un libro con su letra inicial en el título, yo estaría cerca. Hoy es ese día>>

 Juliana comenzó a temblar, sin saber quien era el hombre y temiendo preguntar lo inadecuado mordió su labio, tomó su lapicera y maldijo el hecho de no saber hablar, de su sordera y de que vinieran a molestar a Héctor en este día tan lindo. En un intento por salvar la situación le entregó otra hoja de su libreta al caballero sombrío con la frase que había escrito Héctor en la pizarra de la calle, <<La mañana invita a disfrutar del día que se anuncia, soleado y con alta probabilidad de sonrisas. ¿Puede venir mañana? Seguro Hector estará más tranquilo>>.

Héctor se levantó de su charco de lagrimas, sus ojos brillaban claros y enrojecidos por todo el llanto, leyó el papel que Juliana entregaba al caballero antes de que se lo diera y rió. La tomó de las mejillas y dió un abrazo lleno de amor.
La volvió a mirar a los ojos y le dijo <<Ya no hay nada que podamos hacer, ha llegado mi hora, y agradezco que me pueda despedir de ti>>.
Sin soltar las mejillas de Juliana, giró la vista para mirar al caballero sombrío <<Me debías esto, te llevaste a mis padres, a mi mujer, a mis hijos, y jamás, nunca jamás me pude despedir de ellos. Gracias>>

El caballero sombrío abrochó su saco, se puso la capucha y tomó a Héctor del brazo, cuando pasaba frente a Juliana que ahora lloraba desconsoladamente le dijo <<Yo siempre cumplo con mi trabajo, nos volveremos a ver>>.