domingo, 24 de noviembre de 2013

Anuario Trece

Este año me he pasado,
escribiendo alguna historia,
en servilletas de un hotel,
cuando el barman me anunciaba,
que sería el último trago,
nunca le quise creer.

Conocí unas cien personas,
en abrazos que desploman,
y las aprendí a querer,
pero fueron mis hermanos,
los que me vieron llorando,
y me enseñaron a crecer.

Recorté las madrugadas,
cuando ya no daban nada,
para volver a soñar,
me quedé en las noches largas,
desarmando alguna cama,
aprendiendo a volar.

El verano vino amargo,
repartiendo apagado,
soledades de hormigón,
cuando algunos no creían,
cuando otros se reían,
les enseñé mi valor.

En materia de creencias,
preferí hablar de ciencia,
pues no tengo religión,
pero siempre hubo una iglesia,
que me calmó la conciencia,
cuando vino el apagón.

Las mujeres de primera,
fueron buenas compañeras,
las recuerdo, ¿como no?,
pero entre tantas solteras,
me di cuenta la mas bella,
es la que da conversación.

En un campeonato bravo,
sin estar clasificados,
arranqué antes de play-offs,
tantos años de sequía,
para vivir la alegría,
de gritar "¡dale campeón!".

Las canciones en la hinchada,
la garganta bien cascada,
con la banda del rincón,
achicando marihuana,
en la sudamericana,
otro año nos juntó.

Jugué al basquetbol sin piernas,
me tocó besar la tierra,
pero nadie me frenó,
aprendí que las derrotas,
entre amigos son muy pocas,
y tienen otro sabor.

En materia financiera,
no guardé ni una moneda,
y fue siempre fin de mes,
aprendí que en la abstinencia,
fue cuando tuve conciencia,
pero me olvidaba el diez.

Tantos ómnibus tomados,
tanto viaje a los codazos,
tanto baño que faltó,
pero me he acostumbrado,
a viajar siempre agarrado,
por si viene el sacudón.

Fui por la ciudad tangaco,
me quedé viviendo manso,
y un incendio nos sacó,
volví para el viejo nido,
donde no fui recibido,
pero igual de paso estoy.

Fui hasta la vecina orilla,
para ver cuanto rendía,
eso de la gran ciudad,
vi la parte mas concheta,
de una gran ciudad careta,
donde el sol no brilla más.

"Por las dudas vengan antes,
que Dolina es muy errante",
me decía antes de entrar,
una mina que apuraba,
en la fila de la radio,
pa' que nos guarde el lugar.

Le ofrecí una coca cola,
como gracias por la bola,
ya que nos vino a buscar,
nos paseó por todos lados,
y hasta nos pagó el boleto,
en el bondi federal.

Viajar y perderme un rato,
me ubicó en los zapatos,
de encontrarme una vez más,
de querer mis pocas cosas,
mucho más si no se tocan,
que resisten la humedad.

En las noches más jodidas,
me abrigó un amor de niña,
como nadie puede dar,
en los días que faltaba,
las paredes arañaba,
la extrañaba a rabiar.

De mi mano por el barrio,
va mirando, todo extraño,
descubriendo nada más,
de su mano, por la vida,
tendré siempre compañía,
¡quien podría pedir más!

Fui cazando los fantasmas,
hasta me enfrenté a la parca,
y contraté un profesional,
con Bill Murray y su equipo,
me estoy dejando limpito,
aunque no es para alardear.

Cada jueves a las nueve,
nos juntamos con los nenes,
para salir a cazar,
ellos traen la aspiradora,
yo les pongo las neuronas,
que me quedan por limpiar.

Muchos gritos me han pegado,
ni uno solo me ha llegado,
como el que mi vieja da,
que está mal de la cabeza,
y a ella no le interesa,
siempre va con su verdad.

Aprovecho este texto,
pa' decirte que te quiero,
y que vos también le erras,
que en la vida hay mil caminos,
y una traza su destino,
aprendiendo a tropezar.

Sin rodillas lastimadas,
nadie arriesgaría nada,
si no hay nada pa' ganar,
si el humano es un idiota,
y tropieza con mil rocas,
vos no lo vas a cambiar.

Ya Piaget te lo explicaba,
va a cambiar pañal por tanga
cuando lo quiera cambiar,
cuando pidas una mano,
voy a estar siempre a tu lado,
no lo empieces ni a dudar.

Al final de tanta historia,
si me falla la memoria,
es por tanto que pasó,
si bien tengo los videos,
a las fotos te las debo,
el vivirlo es lo mejor.

He tomado muchos whiskys,
en las barras más hostiles,
donde no volví a pagar,
he usado mis contactos,
mi parecido a mi hermano,
pa' poderme emborrachar.

Las ventajas en la vida,
no son como deportivas,
mucha vergüenza me dan,
aunque las haya aplicado,
lo hice siempre en ciertos lados,
donde la bondad no está.

Tantos puchos me he fumado,
tanto dinero tirado,
que me empieza a molestar,
este vicio de pendejo,
que siempre digo "lo dejo",
cuando me voy a acostar.

He probado con los libros,
con los chicles y es lo mismo,
siempre lo vuelvo a agarrar,
me di cuenta que es un cuento,
eso de los tratamientos,
no hay como la voluntad.

Pocas horas de docencia,
que me dieron la experiencia,
de querer elegir bien,
son las clases más honestas,
las que se dan con paciencia,
y no con muestras de poder.

Los alumnos más atentos,
y los otros más funestos,
que me hicieron aprender,
hay que ser mejor persona,
para que al llegar la hora,
sepan lo que hay que hacer.

Volví a dormir la siesta,
escuchando las protestas,
que en mi barrio siempre hay,
cuando el clima permitía,
a joder siempre salían,
y si llueve nunca están.

El sistema educativo
se esta poniendo de vivo,
reclamando sin parar,
que el docente no se olvide,
que ocupar por lo que pide,
es dar mucha marcha atrás.

No es cuestión de merecerlo,
el reclamo es muy honesto,
pero así no va a salir,
demos vida en silencio,
como hace algún colegio,
y no pidamos por pedir.

Tantas horas, tantos días,
tanta gente sin salida,
que mi vista registró,
tantos tipos sin familia,
tantos niños que mendigan,
tanta agua en el colchón.

Mucha vida que se viene,
mucha vida que se estrene,
mucha vida que se fue,
que iluminen los faroles,
entonando rocanroles,
y se besen con placer.

Siento que haya sido largo,
esto fue como un anuario,
y muchos palos reventé,
pero si hasta acá has leído,
serás más que bienvenido
cuando vengas a beber.

En el ultimo sexteto,
no les digo, les prometo,
me tendrán un año más,
escribiendo mucha letra,
seduciendo pibas tiernas,
viviendo sin calcular.

De esquivar

Hay momentos,
a veces y solo algunas veces,
quizás durante un tiempo prolongado,
donde esquivar las balas es más sano,
que ponerle el pecho para detenerles,
aveces salir herido y ensangrentado,
es la única opción que barajamos,
pero créeme cuando te anuncio,
alguien ya me lo ha aconsejado,
no perderás el orgullo,
ni cobarde serás considerado,
cuidarás de tu integridad,
frente a tu sangre, frente a frente,
podrás pararte y detenerte,
mirar a quien va a disparar,
ver de lejos el brillante plomo,
y en el preciso instante,
en que solo hay un segundo,
o te mueves o se torna oscuro,
ahí cuando tu vida pasa de largo,
te sobrepones al hiriente orgullo,
escondes el pecho y te haces cargo.
Se que ya lo entiendes,
aveces, y solo algunas veces,
y quizás durante un rato largo,
¡Soporta y no te quedes!
que esquivar las balas es más humano.

En tiempos donde todos contra todos

Quedan pocos detalles en los que uno puede adentrarse si le toca hablar de la Segunda Guerra Mundial y los crímenes cometidos por el ejército Nazi contra los ciudadanos judíos del mundo. Si bien la mayoría de los judíos afectados provenían de diferentes partes de Europa, el mundo entero se vio conmocionado y conmovido ante la verificación de una verdad que ya se manejaba en el globo todo. Los Nazis estaban esclavizando judíos, vendiéndolos, torturándolos, y cuando dejaban de servir como mano de obra gratuita, les mataban y tiraban en un pozo al fondo del campo de concentración que luego incendiarían.

Pero hay un detalle que ha sido pasado un tanto por alto, del que personalmente no tenía tanta conciencia. Me imaginaba que algo de eso debía haber existido, pero de alguna forma cansado del tradicional bombardeo de información diciendo siempre lo mismo sobre la Segunda Guerra Mundial, lo dejé pasar. El que no lo dejó pasar y si lo convirtió en objeto de observación y destaque fue Fernando Ramos.
El arte, el arte que domina el mundo, y en este caso, el arte que apareció en los campos de concentración, ¡Vaya que detalle se nos pasaba por alto! .

Sorprendentemente, a lo largo y ancho de las atrocidades cometidas de humanos hacia humanos por ser considerados diferentes, lo que ha triunfado es el arte y el artista. Han existido dictadores, asesinos en masa, censuradores y la lista de calificativos podría seguir, pero ninguno, ni uno solo, ha logrado frenar el arte. El Arte es el sitio donde el que sufre se sabe refugiar, el lugar donde la imaginación se apodera de la realidad y la modela a gusto, vuela alto y de cuervos que se comen cuerpos envenenados por gas toxico saca palomas blancas volando por encima de los cercos alambrados de Varsovia hacia la libertad. Esa palabra que todos masticamos diariamente y que pocos de nosotros sabemos bien en donde se aplica. Esa palabra se vuelve realidad en el arte. Allí donde los límites existen o no, pero dependen de nosotros, allí donde la hoja de papel se convierte en una historia, en un reflejo de lo que sucede, dibujado con una rama carbonizada del último incendio de la última aldea que defendió la línea maginot. Allí donde el dormir y el soñar son los que nos defienden de la realidad, el arte nos devuelve el sentido para querer despertar.

Es ahí en el arte en donde encontramos que este artista se supo refugiar. Vio el hambre, la miseria, todo el trato de lesa humanidad que recibían de los nazis, y vio que no iba a conseguir nada perdiendo su vida por defender al miserable que a la noche le iría a robar el pan. Si, en los campos, muy pocos se ayudaban entre sí, debía existir una parentela de sangre para que alguien se ocupara de ti, o ibas a tener que ingeniártelas por ti mismo. De manera que ponerse a tiro de cualquier nazi por defender a alguien, carecía de sentido. Porque ese alguien quería eso, que te dieran un tiro para tener la oportunidad de cambiar sus gastadas botas por las tuyas, que estaban un poco menos gastadas, pero como dice el dicho “la basura de unos, el tesoro de otros”.

En ese agujero negro de cuasi humanos donde todos contra todos, donde poco importaba ser judío polaco o húngaro, donde en días de guerra los nazis te llevaban a culatazos y en días anteriores a la paz te trataban como un rey. Un artista era una gema del metal más precioso existente, pero vista como mugre ante los ojos del malhechor, y debía mantenerse sucia y mugrienta para que su arte continuara con vida. El malhechor era el nazi, como también lo era  el judío que comandaba en las barracas. El artista sucio de tanta realidad tiraba el lienzo blanco sobre su ángulo de visión y trazaba magia y color a la realidad. Y siempre tan sencillo convidó a los demás, les dio esperanza, les dio fe.

Por eso vivió el artista y su arte en momentos de oscuridad, porque cuando el hambre es el único alimento que existe y no sabemos de otros dioses  más que el humor del día del opresor, cuando la transpiración no es más salada y los pies ya son llagas de caminar por la nieve llevando pilares de madera para armar una vía de tren que traiga más personas al infierno que estás habitando, está el arte. Porque ahí en el infierno hay uno que cambia la realidad para todos, pintando con grises, cantándoles de gris y explicando que los grises también son colores. Y es por eso que el arte triunfa, por que alimenta el alma cansada,  por que llena la vida de colores. Porque en tiempos donde todos contra todos, en tiempos donde nadie escucha a nadie, hay uno o dos, que desde la sombra se dejan ver y saben que “esto no puede durar para siempre”, y que cuando termine, será su turno de brillar eternamente.

Porque hay miles de razones por las cuales nos podemos dejar morir, pero basta solo una para querer vivir. Esa, es el arte.

A esos artistas que brillaron, entendieron, perdonaron, vivieron y viven en paz.

A Fernando que es uno de esos.

Nacho Iglesias Fernández.

Este texto pertenece al libro "Testimonios Oscuros" del artista Uruguayo Fernando Ramos, oficia como Epílogo a la historia "Trazos de un Holocausto". Ha sido un honor a la vez que un placer, haber sido convocado para participar en dicha obra, y mi agradecimiento es tal, que decidí - autorización mediante de Fernando - compartir el texto con todos ustedes.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Sin una lagrima

30 años atrás, nos vestíamos tan mal,
metias mameluco, grasa, barba sin cortar, ¿no es verdad?
solías almorzar en tu hogar, un vino de cortar y a sestear,
querías más, codiciabas mucho más, ¿no es verdad?
solías reírte de quien peleaba por más,
y ahora tu sonrisa ya no sabe brillar,
ahora no vienes más a almorzar,
ordenas pompas gordas en el restaurant.

¿Cómo sentis?, ¿Cómo lo sentis?
carecer de paz, vivir para llorar,
sin una lagrima, sin saber llorar.

Saliste de un barrio trabajador, muy bien,
pero nunca quisiste vivir en el,
nunca una escuela pudiste halagar,
la calle gritabas que te iba a enseñar,
gritas el boliche es el gran lugar,
no ves lo que te duerme al despertar,
conduces sin cuidado por la ciudad,
impune ahora, gozas vinos de descorchar.

¿Cómo sentis?, ¿Cómo lo sentis?
Carecer de paz, vivir para tomar,
sin una lagrima, sin saber tomar.

No importa más, vienes y vas,
saludas y te perfumas por todo tu caminar, ¿no es verdad?
armando tu castillo sin usabilidad,
ordenas y refriegas lo poco que das, ¿no es verdad?
apagas otras almas para sentirte más,
dominas cuando brindas pura oscuridad,
robas alegría de quien antes reías,
profesas una vida llena de hipocresías,

¿Cómo sentis? ¿Cómo podes sentir?
Brindando oscuridad, queriendo dominar,
sin una lagrima, sin saber llorar.

En tu despertar despotricas,
con ojos bien hinchados reniegas,
tanto que querías ya estas en el sistema,
que juega con los codos y cambia sin reglas,
ahora ya no gritas tan fuerte al final,
ahora cada tanto te gustaría escapar,
que lastima, es tan tarde para poder zafar,
que pena que olvidaste el tiempo de disfrutar.

¿Cómo sentis?, ¿Cómo te sentis?
Carecer de paz, vivir para llorar,
sin una lagrima, sin saber llorar.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Cómo?

Erase una vez un pibe barrial,
todos saludaban, querían saludar,
soñaba con ser alguien,
con ser alguien más,
alguien más que todos,
que todos los demás,
ahora en el lodo,
los mira luchar,
pasa indiferente,
y lo quieren buscar,
pero ahora es distinto,
no se quiere rebajar,
le fallan los recuerdos,
le falla a algunos más,
pensando que tocarlos,
lo puede contagiar,
y hay ojos bien redondos,
que siguen su andar,
imitan sus boliches,
costumbres y además,
adoran imitar.
El sigue indiferente,
no sabe expresar,
ni vive el presente,
cuidando el más allá.

Pero hay algunas cosas
que empiezan a cambiar,
hoy los ojos redondos,
no recuerdan respetar,
lo han perdido todo,
no tienen nada más,
le ponen firme el codo,
y la integridad.
Aquel pibe de barrio
devenido en señor,
vistiendo buzos caros,
que olvidan el calor,
se siente trastornado,
no encuentra su sector,
protege con descaro,
y falta de humildad,
las cosas que ha ganado,
y que no quiere prestar,
actuando en represiones,
jugando al mandamás,
va perdiéndose emociones,
sin aprender a llorar,
se olvida de la vida,
solo piensa en no dejar,
se va quedando solo,
cada día más.

¿cómo estas para respirar,
Sin nadie que te quiera de verdad?
¿Como te ves para mirar,
con todos esos muros que levantas?
¿ya no tienes ganas de gritar,
ahora que la injusticia es tu especial?
¿ya no quieres caminar,
con lo lindo que era una mano dar?
¿Ahí morirás,
otra navidad sin reflexionar?.

martes, 19 de noviembre de 2013

Irremediable

Se muy bien que soy astuto,
que me escapo sin sonar,
que en el marco de las puertas,
acostumbro a descansar.

Se muy bien, te estoy debiendo,
más que una explicación,
por lo dulce de tus besos,
te escribí esta canción.

Si pudiera girar la puta rueda y volver atrás,
no estaría tan inmenso al recordar tu andar,
pero sabes que este juego de solteros no es verdad,
cuando crees que lo dominas, te comienzas a engañar.

No te importa más la pinta,
no me importa tu vestir,
hay motivos que me ciegan,
también te lo hacen a ti.

Al final, nuestras palabras,
son el arma del mentir,
quedan designificadas,
cuando empiezas a sentir.

Si supiera cual es el secreto para escapar,
si me hubieras escuchado, no quería lastimar,
no estaríamos quemando todas las cartas de amor,
de este amor que nos sucede y no se nos puede dar.

Mil perdones por tus besos,
mil recuerdos cargaré,
a tus ojos quiero secos,
a mis ojos, ya veré.

Este tiempo incinerado,
el corazón me enfrió,
vuelvo al juego solitario,
de extrañarte con razón.

Esto ha sido culpa nuestra y de nadie más,
sabes bien, que nuestras pieles sabían brillar,
si el final se anuncia absurdo, esta noche, esta bien,
marcharé despacio irremediable, tu quédate con el.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Domingos absurdos

Aparejan mis hilos de pescador,
estas sensaciones tan profundas,
como un ave que vuela al sol,
como un ciervo que carga enjundia,
perdiéndome en mis pensamientos,
hundiéndome en mares de mal,
oscuro y pensando algo siniestro,
me saco las ganas de nadar,
entre los cuerpos más bonitos,
las piernas más tersas y suaves,
las pieles más aromáticas,
las bocas más románticas,
las tuve y las seguiré teniendo,
a ellas todas y en su cama,
a ella toda integra en mis brazos,
haciendo una sola cosa viva,
fundiendonos en el amanecer del verano,
en la tarde en que nos encontramos,
la que nunca dejamos de hacer el amor,
la misma tarde en que nos dejamos.
Por cobarde voy tan sobrio,
con las dudas que me aprietan,
con las gentes que aconsejan,
como si importaran sus palabras,
las escucho y me les escapo,
a correr de nuevo a sus brazos,
a perderme entre sus tacos,
a volverme solitario y pensando,
que otra vuelta ha llegado,
en que te pega y te deja grogui,
por querer hacerme el malo,
terminé solo jugando,
escribiendo sin sentidos,
cosas un poco crípticas,
a ver si las entiendes,
escupiendo mis mentiras,
las que le hago a mi alma misma,
las que no se come ni parrado,
y las que siempre he enterrado.
De los muertos del placard,
van quedando ya muy pocos,
y pensar que cuando había más,
ni jodían entre todos,
pero ahora que hay muy pocos,
esos ruidos son agudos,
y me atormentan los domingos,
cuando se que se pone oscuro,
comienza la semana,
y no se bien si estaré bien,
si mañana se quema roma,
si el agua me cubrirá hasta la boca,
o podré nadar paciente,
pero como dicen los buenos amigos,
que esté todo como tenga que estar,
que si bien debe estar, lo esté la casa,
y si no, que reviente como garrafa.

Un graffiti

Frente a mi trabajo,
hay un graffiti con tu nombre,
cada mañana que llego temprano,
lo leo y pienso que algo esconde,
pienso en vos y tu locura,
tan intensa en las salidas,
tan exquisita para entrar,
tan difícil de no admirar.
El graffiti que yo leo,
tiene tu nombre completo,
bien escrito, como con fuego,
y me tiene algo inquieto,
por que ahora son las dudas,
las ganas de ir a mas,
las que avanzan con soltura,
sobre esta forma de andar,
y me pides entre lineas,
que me deje de aventuras,
que me ponga bien las pilas,
que pierda la compostura,
pero no lo puedo hacer,
para serte bien sincero,
no se trata de poder,
se trata de ver si quiero.
Hoy por hoy voy en un barco,
que agujereado sigue a flote,
con un balde el agua saco,
también saco los reproches,
y vos, no tenés ni idea,
lo que pasa por mis venas,
cuando ríes y me besas
y se me inflan las velas,
pero soy un complicado,
con berretines de poeta,
juego mucho al superado,
y por adentro todo tiembla.
Ni me dejes sin tus besos,
ni me pidas que entre al juego,
que sigan golpeando el techo,
vos sabes que ya te quiero.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Es Hoy

A final de la noche,
cansado del griterío tradicional,
de escribir por escribir sin más,
en versos que riman mucho
de noches que dicen poco,
de no cantar y esperar ganar,
de bancar bien estoico saludando,
del momento en que todos ríen,
bien subidos al teatro,
y uno sigue caminando,
con una mueca en la boca,
viendo de reojo al policía,
mirando de frente al criminal,
escupiendo en el suelo al corrupto,
enseñando a compartir al socialeta,
al señor que en el sillón acomodó las partes,
ese que en lo oscuro mira sigiloso,
pensando que te puede conquistar,
con técnicas baratas y truchas,
con sustos bien de alzheimer,
que antes de gritar te tocan,
y siguen creyendo ganar,
sin sentir el griterío,
de ahora que les toca a estos,
de estos que lo quieren ya mismo,
de mi que me cansé de bobear,
de esos versos tan baratos,
que no dicen más que gracias,
y avisa a todos y todas,
que se le ha roto la punta,
y no afinará la pluma,
para forzar una letra,
por que vive bien adentro,
como pasión bien pura,
y en las noches que saluda,
los saluda sin más que esta,
dice una rima del montón,
y donde manda el corazón,
la actitud es más honesta.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Tangaco Indigno

Nunca me canso de tirar le tiempo,
parece que disfrutara,
cada minuto que se ahoga mintiendo,
con cada hora con nada,
para pasar raya y caer en la cuenta,
que estuve en vano conociéndola,
invirtiendo las pocas horas escuetas,
para quedar vacío de primaveras.
Y eso que ando perfumado y prolijo,
no como algunos que son indignos,
en deportes soy de jugar fuerte y limpio,
si no es deporte, aveces parezco un niño.

No hay caso,
me quedo con los retazos,
de charlas envenenadas,
con mis manos ensangrentadas
y con el corazón al plato.
Algún día,
cuando te sientas tranquila,
y no sea tan insistente,
tendras ganas de verme
y descubrir que me he salvado.
Mientras tanto,
me quedo como macho,
apretándome las muelas,
por mucho que me duela,
no has querido volar alto.
Hoy rescato,
leyendo que sos injusta,
son admirables las putas,
veo que aman por un rato,
y vos no sos un buen tangaco.


martes, 12 de noviembre de 2013

Misteriosa

Hace un rato te converso,
me respondes algo misteriosa,
desconfiada lees mis cuentos,
y sigo aunque me descosas.
No conozco tu perfume,
si es terciopelo tu piel,
ignoro el largo de tu pelo
y si tus labios saben a miel.
Pero un rato he conversado,
y en tus letras descubrí,
que por algo me has hablado,
quizás también quieras descubrir,
el olor que me desprende,
mi piel áspera y seca,
el pelo enredado y la barba,
mis labios sabor nada.
Aunque esté jugando sucio,
desprestigiando mi lucir,
dime si no es astuto,
intrigarte y hacerte venir.
Y si no fuese suficiente,
algo más voy a inventar,
como escribirte un poema,
con eso debería alcanzar.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Marcha

Como hombre va marchando,
por la tierra dejando un surco,
lleva tantos sentidos como va encontrando,
lleva consigo la experiencia del rumbo.
Y marcha cuando no tiene ganas,
marcha cuando tampoco tiene nada,
buscando llenarse de vida el alma,
quemando a gritos algunas llagas,
marcha en silencio y mira el cielo,
con bronca por el pasado herido,
con salud por el pasado aprendido,
con vida sin saber cuando termina.
Marcha desde que abre los ojos,
y esa duda que le carcome el mate,
la lleva consigo y con sus despojos,
banca vivo y aunque suene a alarde,
por que bien sabe que el final se acerca,
sabe que compró butacas de primera,
desde que abre los ojos va en carrera,
por eso marcha esquivando verla,
y aprende y vuelve a tropezar,
¡pero que estúpido animal!
más estúpido es el que se cree más,
el hombre ruge y sin saber gritar,
el hombre marcha sin mirar atrás.
Y se quema en su planeta,
lo llena de vida y le enseña a marchar,
se asegura que otro venga,
que aprendan lo que quiera enseñar.
Pero sobre todo lleva,
una duda que le carcome el mate,
que se duerme y no sabe como hace,
y banca vivo y hace de eso alarde,
es lo único que tiene al final del trance,
además de las butacas en primera fila,
cuando vea esa oscuridad con luz divina,
cuando sepa que el final tocó su vida,
cuando sienta que ya no puede marchar,
marchará hacia otro lugar sin saludar,
marchará por los suyos y por el,
para dejarle lugar al que viene detrás
pasando la posta con el fuego sagrado,
para vivir cantando en otro lado,
para marchar sin preguntarse más,
por que sabe que en la duda,
nos volveremos a encontrar.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Incontable

Hoy temprano,
despertabas a los gritos,
consternada y aturdiendo,
era un hombre y viste a un niño,
pretendías que siguiera tus mandatos,
que callara en un mar de desbordes,
firme la respuesta te encrespó,
que las sabanas volaron y la ira te atrapó.

Te pensabas que el silencio adueñarías,
con dos o tres puteadas caprichosa,
proyectabas en mi, tu miseria celosa,
y para colmo de males, conmigo competías,
para una competencia o una discusión,
se precisa más de uno, al menos dos,
y este día que el sol ausente saludaba,
gritabas y puteabas sola y temerosa.

Son tus bienes materiales tus trofeos,
pero tu boca llenas de socialismo barato,
tan barato que el compartir te da miedo,
y pretendes que me crea ese teatro,
no hay fracaso mas rotundo que el tuyo,
parafraseando la mentira del mundo,
esquivándole al amor entre los yuyos,
bancando commodities sin sentir profundo.

Lo lamento si mis frases te asesoran,
me revienta que te juegues de maestra,
cuando sabes que conozco bien tu historia,
y la mia no la sabes, por que recién comienza.
¿Que si algo he conseguido en mi andar?
¿Que si contigo me tengo que comparar?
Lo que he conseguido no lo puedes contabilizar,
no hay medida suficiente que puedas utilizar,
y eso de andar midiendo los trofeos,
lo puedes hacer con alguien de tu edad,
los años que te han caído tan arteros,
a este borracho sensiblero no consiguen asustar.

Acumulo corazones destrozados sin retorno,
estoqueo apilados teléfonos en papel y tinta,
tengo cestas forradas con noches de porno,
sabanas transpiradas y camas destendidas,
guardo aromas que me erizan al olerlos,
voy enfermo y vivo en crisis por la vida,
enfermo de aventuras e hidalguía,
en crisis para encontrarme las salidas,
y sobre todo cargo siempre con la idea,
que preciso cinco o seis pa' cuando muera,
que me levanten en el traje de madera,
me prendan fuego y me aplaudan,
por que viví, a mi manera.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Códigos

Se bajó del ómnibus después de dos horas de viaje a unos trescientos metros de su casa, caminó por la avenida cargando y acomodando su portafolio en su hombro, acababa de terminar de llover, el clima estaba húmedo y algo de viento refrescaba el ambiente, la calle aun mojada, reflejaba las amarillentas farolas que alumbraban la avenida en constante movimiento de vehículos y personas.

Abrió el cierre del bolsillo exterior del portafolio y buscó su caja de cigarrillos, la encontró aplastada por la gran cantidad de cosas desordenadas que llevaba dentro y las dos horas de viaje apretándose contra el piso del ómnibus, debajo de su asiento. Venía con unas inmensas ganas de fumar, y a pesar de que estaba cerca de su casa quería a toda costa encender ese cigarrillo. Aprovechó para sacar también sus llaves, las tiró dentro del bolsillo de su campera y en un mismo movimiento golpeó la caja de cigarrillos contra la mano que ahora quedaba libre, sacó uno y lo puso en su boca. Buscó un encendedor por todos los sitios posibles, sin éxito. Maldijo en voz alta y miró el suelo frustrado mientras llegaba a la esquina y aguardaba para cruzar, <<no es más que esperar a llegar a casa y ahí lo prendo>> pensó.

Levantó su mirada y vio a una hermosa mujer con un cigarro encendido en la vereda de enfrente, la luz del semáforo aún estaba roja y siguió el camino de la muchacha con sus ojos, doblaba por la esquina hacia la bahía, y él tomaría el mismo camino, su casa estaba a cincuenta metros de la esquina también hacia el lado de la bahía, sonrió y pensó <<cruzo y le pido fuego, y si tiene onda…>> cambió sus pensamientos para cruzar la calle y en esos pocos segundos descubrir que decirle luego de pedirle fuego, aceleró el paso y llegó justo para cruzarse en su camino, con el cigarro en la boca le pidió fuego y ella pareció no escucharlo.
Se quedó parado un segundo sintiéndose torpe, <<hablé muy bajo, y encima miraba para otro lado>> pensó justificando la rudeza de la muchacha. Retomó su misión y levantando un poco más el volumen de su voz le dijo 

- Disculpas, ¿me das fuego?.

La respuesta fue la misma, la muchacha parecía indiferente al pedido, miró desde atrás si ella llevaba auriculares, pensando que por esa razón no le escuchaba. No vio nada extraño, sus orejas estaban libres de artefactos, entonces aceleró el paso y le gritó con cierto tono de molestia en su voz, 

- ¡¿tenés fuego?!. 

Nada.

Dio dos pasos largos y le tocó el hombro, la muchacha lo miró asustada, él se dio cuenta de la cara de susto, sonrió y le habló lo más dulce que pudo, aún con el cigarrillo en la boca.

- Te vengo hablando desde la esquina y no me escuchas, solo quería pedirte fuego, tranquila por favor, vivo en esa casa – mientras levantaba el brazo y la señalaba con su dedo índice, cerrando la frase con un - no voy a hacerte nada.

La muchacha sonrió y le hizo señas para que se quitara el cigarrillo de la boca, extrañado, levantó su ceja e hizo caso, la chica, también con su dedo índice generando un remolino a la altura de su boca quiso decirle algo, y el comprendió que debía repetir lo que recién había dicho, con cierto tono de impaciencia repitió

- Que te vengo hablando desde la esquina y no me das pelota, solo quería fuego, vivo en esa casa – volvió a señalarla - no voy a hacerte nada.

Ella, tomó una lapicera de su cartera, escribió en un papel que sacó de su bolsillo, y se lo entregó, a la vez que hacía señas con sus manos, él no necesitó leer <<No te escuché, soy sorda. Perdón!>>, para darse cuenta que efectivamente, era sorda, y concurría al club de sordomudos que estaba a cincuenta metros de su casa, también hacia el lado de la bahía.
Se miraron y rieron, no necesitaron hablarse para entenderse, no necesitaron escucharse para gustarse. Ella le dio otro papel, y él sonrió al leerlo, marcó en su celular el número y cuando el de ella vibró, volvió a reír y le dijo

 - Ahora también tienes mi número.

Caminaron los siguientes treinta metros en absoluto silencio, al llegar a la puerta de su casa, él le hizo señas para que aguardara unos instantes, ella le indicó que estaba apurada tocando con su dedo índice, la zona donde iría un reloj pulsera en su muñeca. Él pensó rápidamente, y en lugar de entrar a dejar su portafolio, le ofreció compañía al menos por otros cincuenta metros, ella aceptó gustosa. 
Caminaron los siguientes cincuenta metros en absoluto silencio, pero esta vez, ella antes de llegar se detuvo, se paró delante de él y le acarició la mejilla, volvió a escribir un papel y se lo dio. Antes de leerlo él le volvió a hablar

- Me haces cosquillas y me gustan, ¿quieres acompañarme al teatro?

Ella rió y con el dedo índice le señaló el papel , <<Nunca me había pasado esto, me gustaría salir contigo, pero debería ser algún sitio donde yo también pudiese disfrutar, así que nada de cine o discotecas, a propósito, me llamo Sofía>>. Volvió a reír, esta vez preso de la vergüenza, le había propuesto a una sorda, ir al teatro, y no había dicho su nombre. La miró a los ojos y comenzó a hablar, vio como los ojos de ella se desviaban hasta sus labios, y como los labios de ella, repetían en mímica, las palabras que él decía. 

- Perdón, es que tampoco me pasó nunca esto, vamos a donde quieras, me gustaría conocerte más, me llamo Nicolás.

Le tomó la mano y caminó hacia atrás, mirándole la cara y sonriendo, mientras a la vez, le iba soltando su mano, cosas que hacen las personas cuando se gustan, cuando comienzan a sentir esas vibraciones recorrerle el cuerpo, levantó la mano, le saludó tirándole un beso y se dio media vuelta para entrar en la Asociación de Sordomudos del Uruguay.

Él se dio también vuelta y volvió caminando a su casa, cantando.

martes, 5 de noviembre de 2013

Todos entienden

Lo lamento señorita,
si en su lengua ahorran tinta,
en la mia nos morimos,
por llenar espacios fríos,
disculpe a este ignorante,
que le escupe en su lenguaje,
y el desierto de su boca,
ha osado humedecer,
no es tan de valiente,
es cosa de mi gente,
ir mas bravos que las bravas,
agrandarse en otras chacras,
y asustar con ser decente,
dejando de ser coherente,
así que escuche atenta,
aunque no me entienda,
que mi lengua no es cultura,
pero sabe a esta altura,
si en mi idioma es de madera,
un buen beso rompe barreras.