viernes, 8 de agosto de 2014

Tornados

Que me digas que me quieres,
solo si estoy para acompañar,
que con tu mirada de frialdad,
hasta las piedras logres licuar,
que me hundas en la sombra,
del dolor que te me vayas,
sufriendo en cada hora,
cuando pasas raya.

Que con tu cálida mirada fría,
hagas frente a tantos temores,
y me sigas eligiendo día a día,
retumbando entre mis colores,
regalando algunas certezas,
con caricias de perdones,
esculpiendo tu belleza,
con labios y sabores.

Que me quieras como sabes,
que bien sabes que me lleva,
en la espalda de inmortales,
a lugares donde no nieva,
y donde esa mirada fría,
se cruza en el camino,
el camino de la mía,
y todo lo adivino.

Con mis ojos que delatan,
lo que pasa por mi mente,
cuando cruzo esa mirada,
que no se sostiene fuerte,
sin embargo cual tornado,
de palabras sin sonido,
y de corazón calado,
se queda conmigo.




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