sábado, 13 de julio de 2013

Victoria

Podrido de tener que fumar derrotas,
Soy el indicado para hablar de ellas,
cuando se trata de juegos de pelotas,
supe perder a orillas de las más bellas.

Y aunque mi nado siempre fue sagaz,
mi resistencia me flaqueó en la clave,
en el instante donde la quiero usar,
mi cuerpo y mi cabeza cierran con llave.

Será que le tomé el sabor al perdedor,
de no poder hacer alarde de mi estado,
de saber mis límites con la transpiración,
sabor a mugre, sabor a logro de fracasado.

Siempre un jugador de toda la cancha,
asistente y compañero en el principio,
cerebral y motivante de la buena tranza,
insolente e irresponsable en el último tiro.

Pero hoy estoy cansado de fumar derrotas,
así que hace un tiempo me propuse mejorar,
y aunque vos ni nadie me quieran dar pelota,
preparen los pañuelos, que hoy salgo a ganar.

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