martes, 17 de diciembre de 2013

Princesa Rusa

Aburrido de tus palabras,
me puse a escribir propias,
erizándome al trazarlas,
te iba quemando las ropas,
mientras llorabas ilusa,
mentías a mis ojos,
descubrí la escaramuza,
de labios que dicen poco,
de cogotes altaneros,
modales sin etiqueta,
gritos fritos al pedo,
y argumentos de seda.

Cometías el error,
de discutir en textos,
donde tus gritos de pavor
son letras de diseño,
y ante los parráfos míos,
sucumbió tal vozarrón,
por que escribes sin sentido,
y buscando adueñar la razón.

Así que para la próxima,
sabrás que el texto, sin dudas no es lo tuyo,
que la sinceridad no es tóxica,
y que pelos en mi lengua, no hay muchos.

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