domingo, 27 de octubre de 2013

Egoismo

Eres tan llena de luz por momentos,
que sorprende que portes agujeros negros,
donde a todos absorbes tratando de perros,
con tus oligarcas y baratos lamentos.
Pero que este fascinante señor,
que tantas sorpresas gratas te ha dado,
hoy entre sangre, gotas y llanto cansado,
te declara la guerra a puro amor.
Para que veas que la opresión,
no solo ha de volverte tan opaca,
tu libertad la vuelve más pacata,
y solo te salva la revolución.
Y esa remera que usas,
con la foto del Ché Guevara en stencil,
y esos posters con la pelada de Lenin,
ignora tus pobres musas.
Que todo mide por el brillo,
olvidándose de aquello que es esencial,
que se esconde a su pobre versión oficial,
cuando pasa su cepillo.
Pero allí está el tan elegante,
que los miedos te han de saludar,
chupando barriles te hace sudar,
dejándote oprimida y distante.
No cambias más la paz,
le llamas a esta mentira vida,
le llamas aunque estés sentida,
y sonriendo triste estás.
Individuales por manteles tiendes,
corres a satisfacer sus necesidades,
cuando todos vemos son necedades,
te guardas aunque comprendes.
Ve a buscarte otro istmo,
que cansado de tanto batallar,
que salude antes de saltar,
que no es mi estilo el egoísmo.

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