domingo, 25 de agosto de 2013

Més que un blog

He encontrado una manera,
de ponerme a conversar,
con mis cosas más serenas,
con las ardientes y las demás.

Cuando ves que estoy errado,
medio críptico al hablar,
y me avisas de mi aspecto de soldado,
de cosas con las que debo conversar.

Como libros y jugar a ser NBA,
y mis noches de tangacos,
mis semanas de pensar en calidad,
y las charlas que siempre nos adeudamos.

Como besos que se pronuncian mal,
botellas que tiemblan por abrirse,
las billeteras que no sufren un caimán,
y las horas en camas que ruegan irse.

Si entre tantas palabrotas voy mirando,
que es mejor ahorrarlas para la verdad,
para los ratos de amigos que van entrando,
para los cantos en barra camino a alentar.

Podré saber que entre tanto vidrio raro,
hay espejos que se miran y se miran mal,
hay ventanas entre honestas y demasiado,
y hay amores que duran un rato nada más.

Entonces cuando las vecinas estén hilarantes,
y sienta que mis dedos se relamen por volar,
me habré dado cuenta de esa forma errante,
que me lleva tan campante a imaginar.

Que mis dudas son tus dudas y son nuestras,
Imantando nuestras pieles no tan al azar,
para sacar a luz a todos como infieles,
que las muestras de dopaje dicen protestar.

Sin entrar en tecnicismos medio baratos,
y evitando decaer en lo de analizar,
esto de escribir mis mierdas y mis cantos,
me ha enseñado, sobre todo a caminar.

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