lunes, 20 de enero de 2014

Ciertos vientos

Ciertos vientos cuando soplan,
hacen temblar torres de piedras,
despeinan aunque se escondan,
cierran puertas que no cierran,
enseñan a fuerza de zumbidos,
se cuelan por los umbrales,
dejando que sangren los oídos,
de aquellos traficantes de males.

Cuando sientes ese viento zumbar,
giras la mirada hacia sus ojos,
te encierras en un mundo de sal,
quedándote lleno, sin tus despojos,
amagando una tormenta de sentidos,
sucumbiendo ideales en sus piernas,
ajustando amarras en dos destinos,
perdiendo en sus pupilas las guerras.

Ciertos vientos hacen hablar a los gritos,
pegan de frente en las carreras del camino,
atrasan al corredor y le cambian los ritmos,
mueven las hojas del contrato de lo vencido,
empujan decisiones demoradas a ir a más,
y como si contaran con cierta inteligencia,
te invitan obligándote a empezar a cambiar,
vendando tus ojos regalándote paciencia.

Es entonces cuando el bostezo al viento,
sacude la melena a leones de ocasión,
se enfrenta a gigantes, temible y discreto,
lagrimea cuando le viene la sensación,
de quererla tanto como para olvidar el confort,
resistiendo tempestades con el poder de un abrazo,
volviendo anarquía a una murga y un rocanrol,
jugando lo que no tiene, dandole amor en cada paso.






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