jueves, 23 de enero de 2014

Ella no entendía nada

Pobrecita ella que creía en papeles,
en anillos de enchapados y cristales,
en las sillas y la mesa con manteles,
en contratos que auguran modales,
creía en un estado que anunciaba,
sobre su noviazgo al mundo todo,
en su novio que no la engañaba,
había firmado y no dormía solo.

Pobrecita ilusa ingenua y santa,
que hoy mira por esa ventana,
aguardando la llegada al alba,
de quien venga por la entrada,
con flores, con promesas,
con proyectos y juramentos,
de amor para la vida entera,
y control a sus pensamientos.

Por que ella tan pobrecita,
me da lástima por que lastima,
no entiende su cabecita,
la libertad es lo que ilumina,
y pelea a diente cerrado,
por su presa que es su amor,
tenerlo siempre a su lado,
así sea a puro control.

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