viernes, 17 de enero de 2014

Solo entonces

Cuando despiertes del descanso,
del descanso de la batalla que libramos,
recuerda las palabras que dejé flotando,
tuyas, por que las vas generando,
mías por que las voy expresando,
nuestras y tan cómplices,
por no guardar secretos,
por dejarnos querernos,
queriendo querer.

Cuando sientas la mañana acariciando,
los perfumes se acerquen a tu oído,
con incendios como frases,
con mis manos como sedas,
con tus labios impacientes,
las sabanas en el suelo,
tus sueños en mi cielo,
las ganas de sabernos,
con sobras del duelo.

Cuando veas al espejo de tus ojos,
invertidas las verdades más reales,
argumentes contra mis antojos,
me enseñes a barrer males,
con recuerdos espantosos,
con memoria exquisita,
mis ojos derramados,
un polvo de mentiras,
la vida para darnos.

Cuando sea que me leas en tu cama,
con tus yemas en mi, descodificando,
ansiando caminar en tu vereda
erizando la piel de mi alma,
sacudiendo mis alfombras,
quitando la poca calma,
arrimando tus sonrisas,
solo entonces diré sin reparo,
que me has enamorado.



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