Ponele

Ponele,
que aprendo a mentirte,
a controlar mi ansiedad,
que dejo de verte en otras,
de desgarrarme en versos,
aprendo versitos para hablarte,
para hablarte sin titubeos,
miro al fondo y no a tus ojos,
y te ignoro algún saludo que otro.

Ponele,
que de ahora en más me borro,
que si llueve ya no me mojo,
te cambio por alguna farsa,
me aguanto las ganas de cantarte,
de susurrarte al oído locuras,
de invitarte a salidas de a dos,
y me escondo el deseo implacable,
que al recordarte quiere conquistarte.

Ponele,
que si soy capaz de mentirte,
de no ansiarte en mis brazos,
de esquivar mis versos desangrados,
de hablarte con suma coherencia,
de ignorar tus ojos mozos,
y me vuelvo un simple cuerdo más,
entonces no soy digno, ni merezco,
que me quieras acompañar.