martes, 15 de enero de 2013

Caminos al destino


Cuando pierdo las ganas de volar,
si el fin de año mi puerta va a timbrar,
si los tumultos me buscan cambiar,
bajo la sombra me siento a pensar.

pienso en las mil fallas que traigo,
en mis ganas de mejorarlas,
en las manos de mi vieja gritando,
en excusas para abrazarlas.

Tiembla tarde en el viaje mi pulso
más fuerza no es de mucha urgencia,
más cabeza para ir al son del temblor
recordar de dónde vengo, me dirá dónde voy.

Una ventana entreabierta me despeina
en cada esquina para y me da respiro,
vuelvo a pensar en la razón de mi pena,
no quiero verme, pero es tarde para timos.

Como niño derrotado en una tarde,
lloro y corro gritando a mostrar,
a mi madre, a la maestra, la resaca hace alarde,
me juega un buen partido, que apenas llego a ganar

y como viviendo dentro mío estas vos,
mostrándome el camino iluminado,
dejándome saltar en tu colchón
secándome las lágrimas de barro.

No pensé que fuese tan fácil volver,
de Barcelona al 975 habían rutas,
los caminos que trazamos pude ver,
no sabía, que alegría era verte injusta,

y vuelvo una vez más al calor,
donde todo el año es verano,
donde en invierno hay esplendor,
donde muero por mis hermanos.

Vieja y sin hablar grita y canta,
calienta el café, un cigarro y se sienta,
me dibuja el mapa con olor a menta,
me recuerda, "cerca, el prado siempre estuvo cerca."

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