martes, 8 de enero de 2013

Ingenio del fondo


Caminando por las hojas digitales, empañando líquidos cristales,
se fue criando entre nuevos materiales, cosas de mundos astrales,
aparatejos que los viejos no entendían en otros mundos del ayer
por distantes y sospechando, se esmeraron en trancar y detener.

Y allá movió el cajón de la repisa, y vio que podría apoyarse,
abrió el siguiente un poco menos, y otro tanto menos el superior,
bien pequeño el ingeniero y para escalar comenzó a esmerarse
cuando por fin logró tocar la mesa, se entendió convertido en señor.

Muchos años le pasaron desde aquella vez de escalar,
aprendió que jamás el niño sentado armaría un garabato,
artista si se quiere preciar del mote, sabe acostado dibujar
y acorazado hoja al piso, cambiaba todo universo pacato.

Colores y soldaditos de plomo para el niño buenhechor,
que siempre guardapolvo blanco, sentado al fondo del salón
supo mostrar que estaba para jugar, y fuerte, marcó mejor,
cuando más lo precisaron los de atrás, de callado apareció.

Ya era tarde para elegir la media vuelta o pensar retroceder,
cien metros y con vallas, no creía fueran justos, según él,
pero en chancletas y transpiradas palmeando el suelo fue,
de rodillas bien raspadas, llegó tarde, pero supo llegar bien.

Es que la carrera que le dieron, bien hábiles, y a correr,
nunca es tan sabrosa en el llano y bien calzado, dijeron
de lindas tentaciones hablemos, que ya le tocaran beber,
pues la más difícil está ocupada, gritaron cuando le vieron.

Y aunque la vio bailando sola, enseguida supo no tocar,
pero su tentación de ingeniero le hizo un plan desmenuzar.
y allá fue como subiendo la repisa, cajón por cajón,
tarde entendió que no era suya, le faltaba un escalón.

Callado y con su vaso lleno aprontó el trombón,
la bandera blanca a su caña calzó, y a lo lubolo hizo flamear
más le gustaba que el viento se encargara, pero el avisó,
‘de esta me voy vencido, celebren entre el barrial’.

Cuenta las maduras, las verdes también, le recuerdan los demás,
tiene una banda amiga, son todos los sentados atrás,
si hoy está comiendo el aire, es un esporádico cantar,
ya vendrán mejores carnes, las de ahora, a congelar. 

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